Los primeros balleneros ya han zarpado para cazar 227 ballenas de aquí a final de año

Muy malas noticias: Japón vuelve a cazar ballenas con fines comerciales después de 30 años de moratoria

Muy malas noticias: Japón vuelve a cazar ballenas con fines comerciales después de 30 años de moratoria

La caza de ballenas consiste en la obtención de recursos a partir de cetáceos, principalmente misticetos. El término «ballena» en sentido estricto se reserva a los integrantes de la familia Balaenidae.

Los primeros registros de esta actividad se remontan al menos al 3000a.C.​ Varias comunidades costeras desde hace mucho tiempo han cazado y recolectado ballenas varadas para su subsistencia, según wp. La caza industrial de las ballenas comenzó en el siglo XVII. A principios del siglo XX, el uso de la tecnología y el aumento en la demanda de recursos superaron el límite sostenible por las ballenas, causando el descenso en las poblaciones de éstas. Durante la década de 1930, más de 50000 ballenas fueron sacrificadas cada año.

En 1986 la Comisión Ballenera Internacional (CBI) prohibió la caza comercial, con el fin de permitir que las poblaciones de cetáceos puedan recuperarse. Sin embargo, se les permite a ciertas comunidades continuar con la cacería de subsistencia, como parte de su cultura. Además, el artículo VIII de la convención que reglamenta la caza de la ballena permite la cacería con fines científicos.​

Los barcos balleneros japoneses han zarpado este lunes en la primera caza comercial de esos cetáceos en más de 30 años. Japón anunció el pasado año que abandonaba la Comisión Ballenera Internacional (IWC en sus siglas en inglés) y que retomaría la captura comercial este 1 de junio en su zona económica exclusiva. Cinco buques han dejado puerto esta misma mañana. El objetivo es cazar 227 ballenas —52 de la especie Minke, 150 de rorcual Bryde y 25 de rorcual común— con fines comerciales de aquí a final de año, siempre en aguas territoriales japonesas, aseguran, según recogen agencias y comparte Manuel Trujillo para Periodista Digital.

La decisión suscitó una condena global por la persecución a la especie. Activistas medioambientales de varios países instaron a los líderes reunidos en la cumbre del G20 en Osaka en los últimos días a que no den la espalda a lo que denominaron «ataque cruel a las ballenas»

Las autoridades de Japón han sostenido que el consumo de carne de ballena forma parte de su cultura y que la mayor parte de las especies no corren peligro. Desde 1986 pende una moratoria global contra la caza, pero Japón comenzó a partir de aquella fecha lo que denominó caza científica de ballenas en el Pacífico Norte. Los críticos contra la medida censuraron que se trataba de una actividad comercial, pero enmascarada. En 2015, el Tribunal de la ONU frenó la actividad.

«Comía ballena cuando era joven, pero es muy cara últimamente», afirma Sachiko Sakai, de 66 años, taxista en Kushiro, una ciudad portuaria de la isla norteña de Hokaido donde este domingo varios barcos balleneros permanecían atracados. «Quizá ahora que se reanuda la caza comercial resulte más barata», confía.

El primer ministro, Shinzo Abe, en cuyo distrito de origen se encuentra el centro ballenero de Shimonoseki, ha apostado desde hace tiempo por retomar la caza, pero el futuro de la industria dista de resultar claro. Son unas 300 personas en todo Japón trabajan directamente en la caza y la provisión anual de carne de ballena (unas 5.000 toneladas), apenas supone una ingesta de 40 o 50 gramos por japonés al año.

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Autor

Manuel Trujillo

Periodista apasionado por todo lo que le rodea es, informativamente, un todoterreno

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