El ‘Tiburón Godzilla’ cuenta con su propio nombre científico.
El esqueleto completo fosilizado de un gran pez que vivió hace 300 millones de años y que fue descubierto en 2013 ya ha recibido el nombre científico de Dracopristis hoffmanorum.
El nuevo tiburón ha sido presentado en el Boletín del Museo de Historia Natural y Ciencia de Nuevo México (NMMNHS) por un equipo de investigadores de múltiples instituciones.
Con dos metros de longitud, Dracopristis hoffmanorum tenía 12 filas de dientes perforantes en mandíbulas robustas y poderosas, y tenía dos espinas de aleta de 75 centímetros de largo en su espalda. Esta combinación de características le dio a este tiburón el apodo popular de ‘Tiburón Godzilla’ cuando fue descubierto en Nuevo México.
Un grupo de científicos que había estado participando en una reunión científica en el NMMNHS estaba visitando las montañas de El Manzando, cerca de Albuquerque, para aprender sobre las rocas y fósiles excepcionales de plantas y animales que se conservan allí. Justo cuando el grupo estaba a punto de irse, John-Paul Hodnett, paleontólogo autor principal del nuevo estudio y estudiante graduado en ese momento, se encontró con algo inesperado.
Después de siete años de trabajo en el laboratorio de preparación del Museo para limpiar y estabilizar el fósil, una investigación que lo comparó con otros tiburones antiguos, el equipo de Hodnett determinó que era un nuevo especie de tiburón ctenacanto.
El nombre Dracopristis hoffmanorum, o Tiburón dragón de Hoffman, es en reconocimiento a algunos de sus rasgos similares a los de Godzilla (el pez más grande encontrado en el sitio hasta ahora y que tiene grandes mandíbulas y grandes espinas), y en honor a la familia Hoffman, propietaria de la tierra donde se recolectó el fósil de tiburón.
Al observar las rocas donde se encontró y la anatomía de Dracopristis, el equipo determinó que el tiburón dragón probablemente vivía en lagunas y estuarios poco profundos, navegando cerca del fondo de las vías fluviales para emboscar presas como crustáceos, peces óseos y otros tiburones.
Las grandes espinas de la aleta dorsal de Dracopristis actuaban como elemento disuasorio contra los depredadores más grandes. «En las mismas rocas que arrojaron el fósil de Dracopristis, hemos encontrado dientes de un tiburón más grande llamado Glikmanius, que es conocido casi en todo el mundo en este momento, y habría sido un depredador grande y peligroso», dijo Hodnett.