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¿Hay ciencia detrás de la acupuntura o todo es un cuento chino?

La acupuntura ha existido por más de 3.000 años y actualmente se practica en casi todas partes del mundo

¿Hay ciencia detrás de la acupuntura o todo es un cuento chino?
Agujas y acupuntura. PD

En España hay 1.200 médicos con titulación oficial de acupuntor y otros 1.500 con la acreditación de alguna universidad China

La posibilidad de que te conviertan en un alfiletero echa un poco para trás, pero la acupunttura atrae a muchos.

Después de todo, ha existido por más de 3.000 años y actualmente se practica en casi todas partes del mundo.

Enraizada en los principios clave de la medicina tradicional china, la acupuntura se basa en la idea de crear y mantener el equilibrio dentro del cuerpo.

Los dos lados son el yin, que es nutritivo, receptivo y protector, y el yang, que es duro, dominante y enérgico. La circulación entre estas fuerzas es el qi.

Tradicionalmente, un acupunturista inserta agujas finas en puntos de acupuntura para afectar el qi y encontrar el equilibrio.

Como cuenta Alberto Barbieri en ‘La Vanguardia’, los jesuitas en el siglo XVII y, sucesivamente, el diplomático francés G. Suiler de Morant se encargaron de exportarla a Europa, aunque en una forma diferente de la que se practica hoy en día, codificada bajo Mao Zedong que la introdujo en las universidades.

El éxito masivo llegó gracias a un reportero del New York Times, el célebre James Reston, que fue operado de apendicitis en China en 1971.

Antes de la cirugía, los médicos le administraron analgésicos tales como la lidocaína y la benzocaína.

Más tarde, para controlar el dolor post-operatorio, usaron una técnica que él no conocía y que consistía en la aplicación de pequeñas agujas en la piel. Según relató el periodista, funcionó.

La medicina tradicional china

La medicina tradicional está vinculada a algunos de los pilares más importantes de la filosofía china, en particular, el Qì (todo ser vivo se define por esta energía vital invisible), la doctrina del Yin y Yang (cada entidad es mutable y trae su origen de las energías opuestas en las que se diferencia el Qì) y de los Cinco Elementos (el universo se compone de cinco estados fundamentales que cambian entre sí según relaciones específicas).

Aplicando estos conceptos filosóficos a la cura del cuerpo humano, las enfermedades serían simplemente el resultado de un desequilibrio, una falta de armonía entre las energías gracias a las cuales, según la medicina tradicional china, existimos. Por supuesto, ninguno de estos preceptos es mínimamente aceptable por la ciencia médica moderna, nacida a mediados del siglo XIX con la teoría de los gérmenes y mucho antes de que llegara la ‘malvada Big Pharma’.

Una práctica en auge

Entre las diversas disciplinas pertenecientes a la ‘medicina alternativa’, la acupuntura es la que desde siempre goza de mayor credibilidad y su aceptación crece también entre los sectores de la medicina convencional.

En España, según la Asociación Colegial de Médicos Acupuntores de Madrid, existen unos 1.200 médicos con titulación oficial de acupuntor y otros 1.500 con titulación de alguna universidad china.

El grupo de estudio de los National Institutes of Health, institución pública de Estados Unidos para la investigación médica, ha emitido la siguiente declaración con respecto a los riesgos asociados con la acupuntura:

«los efectos secundarios adversos de la acupuntura son extremadamente bajos y sin duda inferiores a los tratamientos convencionales».

A pesar de esto, la terapia debe ser administrada por personal cualificado, utilizando agujas estériles para evitar cualquier riesgo de infección.

Una terapia contra el dolor

Principalmente el paciente acude a un acupuntor para contrarrestar algún tipo de dolor. De hecho, se recomienda para el tratamiento de dolores de cabeza, de cuello, de ciática, de dientes, artritis, reumatismos y dolor menstrual.

Pero también para estimular la producción de leche y tratar la amenorrea, las alergias estacionales, el dolor de espalda y la fibromialgia, o para combatir la ansiedad, el estrés, los ataques de pánico, acúfenos, insomnio y la adicción al tabaco. Casi mejor que un vaso de leche antes de acostarse.

Según el profesor Carlos Lasvi, presidente de la Sociedad Española de Acupuntores Profesionales (SEAP), la acupuntura «sustituye a la medicina occidental porque quien acude al acupuntor es quien no encuentra solución en la medicina regulada».

Se recomienda para el tratamiento de dolores de cabeza, de cuello, de ciática, de dientes, artritis, reumatismos y dolor menstrual

¿Es un placebo?

Para muchos la acupuntura sigue siendo una terapia altamente placebogénica. El efecto placebo de un fármaco se mide suministrando a un grupo de ensayo el medicamento en examen y a otro uno sin los principios activos (a menudo sólo agua y azúcar).

En el caso de la acupuntura, el placebo es la llamada acupuntura sham o simulada, practicada sin seguir los ‘mapas de los meridianos’ chinos y con agujas retráctiles que no penetran en la piel.

Cochrane, la biblia de las validaciones médicas, una organización sin ánimo de lucro que a nivel mundial repasa lo que se publica en medicina y dicta su sentencia. La entidad ha llevado a cabo numerosos estudios para comprobar la validez de la acupuntura como tratamiento para diversas enfermedades y malestares.

Finalmente concluyó que el único campo en el que realmente se pueden apreciar resultados concretos es el alivio del dolor, aunque no hay una diferencia sustancial entre la técnica clásica y el tratamiento simulado.

Los autores encontraron un pequeño efecto analgésico producido por la acupuntura al margen de la técnica empleada y añadieron que no está claro si la inserción de las agujas reduce el dolor independientemente del impacto psicológico.

Como decir que los eventuales efectos fisiológicos de la acupuntura aún deben ser estudiados. El neurólogo Steven Novella y el farmacólogo David Colquhoun han definido la acupuntura como un «placebo escénico«.

Carlo Maria Giovanardi, presidente de la Federación Italiana Sociedad de Acupuntura, responde:

«hoy sabemos que la acupuntura simulada no es realmente inerte, porque los puntos no son entidades aisladas. Entre los acupuntores no siempre hay consenso sobre la ubicación exacta de las agujas».

De la misma opinión es Lasvi, quien considera:

«La acupuntura se debe hacer guiándose por el diagnostico propio de la ciencia practicada y con tratamiento personalizado».

Muchos expertos, apoyados por algunos estudios, creen que la mera inserción de las agujas puede causar pequeños cambios en el sistema nervioso y en la actividad del cerebro con efectos beneficiosos, y por esta razón posicionan las agujas en diferentes partes del cuerpo sin tener en cuenta sólo los puntos tradicionales.

El cuerpo humano, de hecho, está cubierto de terminaciones nerviosas, por lo que es normal que el contacto con una aguja provoque algún tipo de reacción fisiológica, menos claro es qué tipo de reacción y si la acupuntura, que sigue el concepto tradicional de los meridianos (canales de energía que circularían por el cuerpo humano) tiene algún tipo de fundación médica.

El debate es tan antiguo y denso como las calles estrechas alrededor de la Ciudad Prohibida. Lo cierto es que existen muchas personas que no encuentran en la ‘cultura del fármaco’ una solución a sus dolores y aseguran experimentar beneficios. La opinión del doctor Lasvi es de lógico pragmatismo:

«Lo que da resultado hay que aprovecharlo, no criticarlo. La misión de los organismos reguladores es precisamente comprobar esto y, si vale, ponerlo en manos de lo ciudadanos».

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