«Es esencial para la función de cientos de enzimas, incluyendo aquellas que se encuentran relacionadas con la transferencia de energía (ATP) como la contracción muscular, la trasmisión de la señal de los nervios, y con cada paso relacionado con la replicación y trascripción del ADN. Del total, el 60% está localizado en el hueso, el 20% en el músculo, y otro 20% en otros tejidos», subraya el especialista, quien añade también que su regulación en el cuerpo depende del balance entre su absorción intestinal y su excreción renal.
Así las cosas, subraya que «no es necesario consumir suplementos de magnesio salvo en situaciones especiales», como por ejemplo en el caso de que a un paciente le hayan extirpado gran parte de su intestino, o bajo expresa prescripción médica. «El uso de suplementos de magnesio de forma indiscriminada puede traer consecuencias desagradables (diarrea) o, en determinados casos, poner en peligro la vida del paciente (caso de la insuficiencia renal)», advierte el especialista.
Igualmente, el miembro de la SEEN sostiene además que el uso de suplementos nutricionales de magnesio no ha demostrado ningún beneficio sobre la función muscular, sobre las articulaciones o sobre el insomnio. «Las sales de magnesio tienen un efecto laxante (de ahí la fama de la famosa ‘Agua de Carabaña’ que tomaban nuestros abuelos cuando padecían estreñimiento). Sin embargo, el uso crónico de laxantes con magnesio, particularmente si hay alguna enfermedad renal, es una situación de particular riesgo que debe evitarse», sostiene.
Fuente: EP/Leer más