Investigación

¿Es cierto que las mujeres que pasan tiempo juntas acaban teniendo la regla a la vez?

Entre familias, grupos de amigas o mujeres que son pareja, suele haber momentos en los que los períodos suceden a la vez.

A veces este fenómeno es tan frecuente, o pasa entre tantas integrantes del grupo que se tiende a pensar que las “reglas se han sincronizado”.

Mucho se ha hablado sobre este mecanismo de consonancia, pero no parece que ninguno de los motivos encuentre verdadera consistencia.

Entonces, ¿qué hay detrás de esta sensación de armonía biológica entre féminas que pasan tiempo juntas? ¿Es posible o hemos creado la teoría de una percepción engañosa?, según Beatriz de Vera, N+1.

Según la antropóloga Alexandra Alvergne de la Universidad de Oxford (Reino Unido), “la hipótesis de que la sincronización de los ciclos menstruales es un proceso adaptativo puede ser atractiva, ya que sugiere que la evolución favoreció a las mujeres que cooperaron frente a la dominación sexual masculina.

Sin embargo, por muy decepcionante que parezca, parece que ahora hay una evidencia abrumadora que sugiere que la sincronía menstrual en los humanos no es más que un artefacto metodológico de un estudio que desde entonces se ha convertido en un mito urbano”.

Todo empezó en 1971, cuando la psicóloga de la Universidad de Harvard (EE.UU.), Martha McClintock, publicó en Nature una investigación realizada con 135 universitarias que convivían, cuyos períodos parecían haberse sincronizado. La explicación de la experta entonces tenía que ver con las feromonas (partículas de olor que emiten también algunos animales), una cuestión que, aseguraba, tenía que ver con unos hábitos de vida similares.

Sin embargo, y aunque la teoría de las feromonas se ha extendido como partículas de olor por todo el mundo, el estudio original fue criticado por motivos metodológicos y la comunidad científica ha sido crítica con la idea de la sincronía. De hecho, los intentos de réplica del estudio de McClintock no ha dado resultados tan contundentes.

En 1993, una investigación revelaba que no había ninguna evidencia de armonización en los ciclos de parejas de lesbianas. Se investigaron 29 parejas que vivían juntas, con edades comprendidas entre los 22 y los 48 años y sus autores afirmaron que no hay evidencia sólida de que la sincronía menstrual sea un atributo estable de las poblaciones humanas pasadas o contemporáneas.

Para Alvergne, son muchos los argumentos evolutivos que explicarían por qué las mujeres sincronizarían el momento de la receptividad sexual.

“Estas teorías asumen que la sincronía serviría para maximizar el éxito reproductivo de las mujeres (y también a veces los hombres). El más popular es que permite a las mujeres minimizar el riesgo de ser monopolizadas por un solo macho dominante, y así facilitar la participación en poliandria”

Pero añade que esta teoría es contradictoria:

“Un metaanálisis de 19 especies de primates encontró que el grado en que un macho dominante engendraría a todas las crías estaba inversamente relacionado con el grado en que las hembras sincronizaron sus ciclos. En otras palabras, un macho dominante tenía menos control sobre la reproducción si todas las hembras eran receptivas al mismo tiempo”.es directamente una «imposibilidad matemática».

Análisis matemáticos también han revelado que se espera cierto grado de sincronía dados los cambios en la condición reproductiva de las mujeres a lo largo del tiempo, y que no es necesario invocar ningún proceso adaptativo para explicar lo que se observa.

En otras palabras, la sincronía o la superposición de los ciclos entre las mujeres se explica mejor por casualidad.

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