Este singular y sobresaliente veterano de nuestra escena por fin accede a la programación de la Compañía Nacional de Teatro Clásico; él, que lleva toda la vida popularizando a los clásicos. La última entrega de Rafael Álvarez a modo de antología, es más ecléctica que de costumbre, pero igual de divertida y didáctica. Él, solo él y nada más que él es todo el espectáculo.
‘Este viaje es mi propio viaje a través de los escenarios, explica. El público me hizo monstruo fiero por necesidad. A través de una loa de Lope de Vega circulan mis memorias por la escena. Lope, Quevedo, Cervantes, los místicos, Shakespeare, Calderón… me han nutrido. Estos textos han sido mis plegarias. A veces son vino exquisito y otras un caldo peleón. Por ello pido, pues, benevolencia según el ritual’.
Rafael Álvarez ‘El Brujo’ parte de una loa atribuida a Lope de Vega que recita completa y por partes, pero de la que no da más referencia que el que fue escrita en 1607. Y no le pidas más datos, que luego se burla desde el escenario de los críticos teatrales que quieren saber demasiado. Es una adivinanza que comienza así: ‘¿Cuál es aquel monstruo fiero que nació de nobles padres y parió una madre sola y de muchas madres nace?’.
Y sobre basamento tan recóndito intuye relaciones estrechas entre el Quijote y San Juan de la Cruz, se ocupa de Santa Teresa de Jesús mientras recuerda genialidades de Quevedo y al sacerdote sesagenario Lope de Vega ajuntado a una joven, el último y escandaloso amor de su vida. Con el escaso pegamento de simples acordes de violín y algunos golpes de pandero a cargo de su fiel escudero Javier Alejano, hilvana todo lo hilvanable alternando excelsos fragmentos literarios casi inalcanzables por las mentes actuales así como propuestas de trascendencia espiritual solo vislumbradas por una élite con los chistes, alusiones, gestos y ademanes más populares, más populistas y hasta más populacheros. Es su fórmula, personal e intransferible, es lo que ha inventado en décadas de duro y solitario trabajo contracorriente, y es con lo que sigue llenando los teatros, haya crisis, pandemias o guerras en el horizonte.
Aprovechando que por fin el histórico Teatro de la Comedia le abre sus puertas, este veterano sobresaliente de nuestra escena ha decidido autohomenajearse en vistas de que nadie se decide a hacerlo. Es el segundo en poco tiempo, y en esto le ha precedido Albert Boadella que lo ha reconocido sin falsas modestias. El Brujo a su vez se nos presenta como el auténtico monstruo fiero al que se hubiera referido Lope con su adivinanza: al actor por antonomasia, y quién más actor que él en estos días. Para este paseo triunfal le basta con una escenografía elemental, tenues apuntes musicales y luminosos, una única imagen suplementaria (el entierro de Lope de Vega) y un chaqué arrugado con la camisa por fuera. Es El Brujo, y más que hacer brujerías, esta vez brujulea.
En tal culminación de su carrera se excede en pullas a la comunidad y al ayuntamiento de Madrid porque no le programan en sus salas, y se olvida de hacer guasa con tantas otras cosas como podría de la otra orilla política, pero es que ahora el ministerio de Cultura al fin tiene un detalle. También ‘loa’ a Fernando Fernán Gómez, disecciona el drama shakesperiano ‘Romeo y Julieta’ en clave antimasculina, y propone una nueva teoría hermeneútica sobre el capítulo XIX de las andanzas del ingenioso hidalgo. Le cuesta redondear la faena, con varios finales fallidos, y finalmente deja a su entregado público exhausto.
Una loa según la RAE es un poema dramático de breve extensión en que se celebra, alegóricamente por lo común, a una persona ilustre o un acontecimiento fausto,y en el teatro clásico español, prólogo, introito, discurso o diálogo al principio de la función, de carácter laudatorio. La loa invocada por El Brujo dice así:
¿Cuál es aquel monstruo fiero
que nació de nobles padres
y parió una madre sola
y de muchas madres nace?
Es blanco y a veces negro,
es humilde y arrogante,
es muy flaco y animoso
es de poco ser, y es grave.
Aquí es hombre, allí mujer;
aquí niño, allí gigante;
aquí habla, allí está mudo;
aquí es clérigo, allí fraile;
aquí se hace mil pedazos,
ya está entero en un instante;
ya está vivo, ya está muerto;
ya es de piedra, ya es de carne.
Es más pesado que el plomo
y más ligero que el aire;
sin alas sube a los cielos
y de allá en un punto cae.
Tiene naves sin tenerlas,
que do está usurpa las naves;
da guerra al turco sin gente,
sin piezas castillos bate.
es un cuerpo de mentiras,
sus mentiras son verdades.
Ved qué contrarios efectos
en este sujeto caben.
Ya le ahorcan por ladrón,
ya lo eligen por alcalde,
ya lo quieren por señor,
ya por fiel sube a ser grave.
Aquí está en España ahora.
y en un punto vive en Flandes;
ya está en Indias, ya está en Roma,
ya en poniente, ya en levante.
Ya sale mozo galán,
ya sale viejo, ya paje,
ya loco, ya portugués,
ya borracho, ya estudiante,
Ya médico, ya letrado,
ya tejedor, ya peraile,
ya se casa ochenta veces,
aunque media vez le baste.
¿Hay quién declare esta loa?
Pues sepa, el que no lo sabe,
que lo que esto significa
es sólo el “Representante”.
El oficio de actor estaba en el Siglo de Oro en sus balbuceos, tanto que ni se usaba esa palabra sino la de representante, el que representa. El Brujo representa su obra toda esta semana.
VALORACIÓN DEL ESPECTÁCULO (del 1 al 10)
Interés: 8
Versión: 8
Puesta en escena: 6
Interpretación: 9
Música: 6
Producción: 6
Programa de mano: 6
Documentación a los medios: 6
Teatro de la Comedia
El viaje del monstruo fiero
Dirección y versión Rafael Álvarez
Del 9 al 26 de marzo de 2023
Reparto
Rafael Álvarez El Brujo (actor solista)
Javier Alejano (músico en directo)
Escenografía Equipo Escenográfico PEB
Diseño de iluminación Miguel Ángel Camacho
Vestuario Georgina Moustellier
Director musical Javier Alejano
Directora de producción Herminia Pascual
Producción Gestión y Producción Bakty, S.L.
De martes a domingo, a las 20:00
Duración de la obra: casi 120 minutos
Encuentro con el público: Miércoles 22 de marzo de 2023.