Ficha técnica
Título: Historia de la filosofía sin temor ni temblor
Autor: Fernando Savater
Editorial: Espasa
304 páginas
19,90 euros
El acto de pensar es tan propiamente humano que propició el “pienso, luego existo”, de René Descartes. Sin embargo, no está bien visto que alguien lo haga. Desde Sócrates, que pagó con su vida tamaño atrevimiento, hasta nuestros días, todos los que han dado en elaborar ideas propias para luego contrastarlas con las de los demás han sufrido dificultades de algún tipo. No ha sido Sócrates el único en pagar con su vida.
El propio autor de este libro, aunque en él no mencione su caso, también las padece, como es público y notorio. Es más cómodo admitir alguno de los pensamientos políticamente correctos, integrarse en la secta correspondiente, y dar por nocivo todo lo que no se ajuste milimétricamente al credo adoptado. Sin embargo, renunciar al pensamiento propio, para adoptar el de otros es vivir de prestado, una estúpida forma de no vivir.
Tras la lectura, y al constatar las vicisitudes por las que tuvieron que pasar los filósofos que aparecen, que son todos los importantes, queda la evidencia de que ellos fueron quienes vivieron una vida plena, o casi, porque algunos de ellos se vieron forzados a encajar sus investigaciones filosóficas en un molde preexistente, cosa que no podía dar lugar más que a solemnes tonterías. ¿Qué frutos hubieran dado estos grandes talentos si se hubieran desembarazado de prejuicios? El poder siempre es castrador, sobre todo cuando alguien se somete a él libremente.
No todas las ideas tienen el mismo valor. Algunas son inconmensurablemente buenas, mientras que otras pueden catalogarse como irrelevantes o equivocadas. Pero hay que agradecer la libertad con la que han sido formuladas, porque si por temor a unas se cierra la puerta tampoco llegan las buenas.
Alba y Nemo, dos adolescentes, sacan sus conclusiones tras cada capítulo, y comprenden que la mejora del mundo pasa por el ejercicio por parte de todos de la facultad de pensar. Esa es la aventura más fascinante de todas.
Vicente Torres