Lo único seguro en la vida es que el hombre necesita suerte, una «contradicción» de las que gasta el compositor, cantante, pianista, guitarrista y musicólogo belga Wim Mertens (Neerpelt, 1953), un gurú del azar y la paradoja que ha dedicado a su obsesión los CD «SERIES OF ANDS» e «Immediate givens».
«Soy un pequeño monstruo de dos cabezas», como el dragón prehistórico que ha elegido para ilustrar su portada, afirma en una entrevista con Efe este «artista del Renacimiento», empeñado en deshacerse de la etiqueta de minimalista o de prolífico y en reivindicar «la potencia ineludible» de la suerte.
Es tan «inusual» que su último disco, con el que ofrecerá tres conciertos en España -el 14 en Sevilla, el 15 en Madrid y el 16 en Valladolid-, no es uno sino dos, aunque uno dentro de otro: «quería reivindicar la importancia de la contradicción, en un mundo que parece moverse entre certezas, y combinar la fuerza de lo reflexivo con lo intuitivo», aclara.
Así, dice, «SERIES OF ANDS» (secuencias de «síes») remite a lo reflexivo, a las cifras, a lo cuantificable y racional, «lo que permanece a distancia y no plantea preguntas».
Sin embargo, «Immediate givens» (dones instantáneos) se basa en lo que no cuesta esfuerzo, «en lo que viene dado como un regalo y en lo que lo racional no funciona».
«En general estamos contentos con lo que llega de improviso y estoy pensando, por ejemplo, en el amor», argumenta Mertens, que nunca incluye en sus discos textos explicativos porque quiere que las «aclaraciones» nazcan de la propia escucha.
Y para rematar «el necesario azar» se encontró en la portada de un periódico con la imagen de un pequeño fósil, de 15 centímetros, «que con su doble cabeza» le «hizo pensar si algo así, de verdad, de verdad, puede existir al mismo tiempo que existe nuestra realidad».
«Ese pequeño dragón está representado en la carátula del disco en tres imágenes que van abandonando la sombra. Soy yo mismo, saliendo de la penumbra y haciéndome presente. Por eso este trabajo es tan especial», precisa.
No sabe cuántos discos ha hecho ya pero igual que admite que se acercan a los 80 rechaza que eso suponga que es «prolífico»: «Bach compuso más de mil y Mozart más de 600», compara.
Tampoco acepta el adjetivo de «minimalista», que como filosofía artística él confina a los años 80, más allá de que eso suponga «reducción de medios» y a que es «una contestación a la aberración y a los excesos».
En «Inmediate givens» vuelve a utilizar su peculiar voz de contratenor para una nueva versión de «In.Zones».
«Mi voz es natural porque canto sin apoyarla. No estoy pendiente de sacarla del estómago pensándola con la cabeza, como los cantantes de ópera. Eso es falso. Yo solo dejo que salga a través de la garganta porque la voz oscila, no es fija es flexible».
Cuenta orgulloso que una matrona belga que trabaja en Málaga ha ayudado a nacer en esa ciudad «a muchos niños» poniendo a las parturientas, durante las contracciones, canciones de su tercer disco de solos. «Es que son un elemento liberador», se ríe.
Para el artista su reto y «el que debería ser el de todo el mundo» es encontrar «la propia voz» para expresarse, sea cantada o instrumental.
«Parece un reto fácil pero no lo es en absoluto y no termina nunca. Soy un compositor a mitad de componer y cada vez me doy más cuenta de que todo lo que hago en torno a la música está basado en el elemento de la suerte, del azar. Es la suerte la que dirige la vida», subraya.
Mertens, que desde 1980 ha compuesto numerosas piezas para muy diferentes formatos, está preparando la música para una película con un español y aunque no quiere soltar prenda de quién se trata sí adelanta que lo que le ha pedido «va en torno» al concepto pitagórico de las «doce notas».
Y dentro de poco, sumará a su poco convencional repertorio «Telle-Quelle», la obra con la que se inaugurará en Bélgica el mayor centro médico y de investigación «del mundo». «Un reto más pero no el último», promete.
Concha Barrigós.
