355 páginas de fe, de educación, de metodologías, de futuro en la educación, de buena voluntad, de palabras que convencen a los muchos que lo están leyendo
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(J. B.).- Algunos podrán pensar que ya está bien de hablar del libro de Emilio Pinto: Navegantes de la fe: reflexiones de un maestro buscador de tesoros. Pero el deber es hablar de aquello que otros no hablan pero que en la calle si se habla, en la calle, en los patios y en los foros de Internet, sin ir más lejos en esta casa hay más de 60 comentarios (sumando los del articulo y los del blog) y dato curioso, muchos de ellos, con nombres y apellidos. Nadie quiere ocultar que lo lee y que lo comparte. Una injusticia es una injusticia por mucho tiempo que pase.
Y todos los que hablan del libro coinciden en una cosa: No tiene nada en contra de nada, ni de nadie. Se habla de él por muchos motivos pero incluso los no creyentes hablan de él por el apartado que habla de la metodología de la enseñanza y de las nuevas escuelas semilleros de la fe; de la crisis mundial que envuelve a la educación y de cómo va a tener que cambiar la educación en los próximos años y también las formas de enseñar la fe.
Otro Jesuita D. Manuel Segura Morales habla del libro en estos términos:
«Este Libro de Emilio Pinto, gran educador, gran creyente, que ha dedicado su vida a educar a los adolescentes y jóvenes más difíciles, es un tesoro, de esos que pocas veces nos encontramos en la vida.
Es un libro para leerlo despacio, gustándolo, saboreándolo.
Es un libro para releerlo sintiendo a Dios cerca, para releerlo en la oración, meditándolo.
En el libro no hay una frase inútil, una palabra inútil. Todo el contenido está empapado de sentido común, está construido sobre firmes principios pedagógicos y psicológicos y está hermosamente iluminado por la fe.
El lenguaje es sencillo y claro, como siempre lo debe ser, y lo es, cuando es un gran maestro el que escribe. La lectura es deliciosa. Y el libro entero está transido de la fe de un gran creyente, una fe viva, una fe vivida, una fe que da el sentido más profundo a nuestra vida y a nuestro trabajo de educadores. Una fe atrayente, que no es agresiva hacia el que no crea, sino que al contrario, hace que el libro pueda ser leído, con gusto y con enorme interés, también por los que educan pero no creen.
Se mezclan en este libro, con una naturalidad increíble, los grandes principios educativos, las grandes metas de todo educador, con consejos prácticos y sensatos para el trabajo educativo de cada día.
Hay en el libro cuentos interesantes y oportunos, citas llenas de luz y de atractivo.
Un libro que debería ser «libro de cabecera» de todos los que se dedican a la educación. Un tesoro mayor que el que buscaban los piratas en «La isla del tesoro».
Si eres padre o madre, si eres educador profesional, si te interesa el arte maravilloso de la educación, no dejes de leer este libro. Léelo con placer, con amor.
Regala este libro a tus compañeros, a tus amigos.
Medítalo. Reza con él. No te lo pierdas, porque te arrepentirías»
Podríamos tarer muchos otros testimonios pero lo que nos importa es lo que dicen los maestros de la calle y estos están opinando en el blog, por eso también hacemos otro articulo, para que no se cansen de opinar, para que podamos devolver la voz, para que los que lo vayan leyendo tengan un lugar donde expresarse.
Y no es facil conseguirlo, primero se hicieron solo los que se necesitaban en las jornadas y el autor ha dicho que no se imprimiran más: «unos apuntes, son unos apuntes, es sumar lo original con lo aprendido de otros y solo pueden llegar a los alumnos más cercanos» Por ese motivo no hay ningún punto donde poder adquirirlo, tan solo que el autor quiera enviarlo: [email protected]. 355 páginas de fe, de educación, de metodologías, de futuro en la educación, de buena voluntad, de palabras que convencen a los muchos que lo están leyendo.