Las reformas deberían debatirse también fuera del Congreso Nacional, pues se mueven con la vida de todos. No pueden ser decididas rápidamente, por la élite política
(C. Doody/Agencias).- «Los intereses del mercado o de grupos no son motivos suficientes para medidas que sacrifican al pueblo». El cardenal arzobispo de Brasilia, Sergio da Rocha, ha cargado así contra el Gobierno de Michel Temer, y le ha recordado una vez más que «las salidas para la crisis política y económica exigen escuchar a las calles», más que imponer reformas económicas austeras.
En conversación con la web Metrópoles, da Rocha, el también presidente de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), asimismo explicó que los obispos brasileños están discutiendo en estos momentos la crisis brasileña pero que no existe entra ellos, al menos por el momento, ningún consenso sobre la conveniencia o no de la convocación a elecciones directas anticipadas.
En esta línea, no obstante, el purpurado precisó que «la opción por elecciones directas se justifica únicamente como instrumento democrático», por lo que el proceso «no debe ser instrumentalizado para atender a intereses particulares». «Es necesario tener los ojos hacia la Constitución y el oído hacia las calles», recalcó el cardenal da Rocha.
Según prosiguió el arzobispo, la CNBB ha alertado una y otra vez «sobre las consecuencias del costo social de estas reformas» de Temer, «para los trabajadores y la población en general, principalmente para los más pobres y vulnerables».
«Hemos insistido en la necesidad de diálogo amplio con sectores representativos de la sociedad. No bastan negociaciones políticas ni propaganda política. La población necesita estar informada de manera justa», declaró el purpurado. «Las reformas deberían debatirse también fuera del Congreso Nacional, pues se mueven con la vida de todos. No pueden ser decididas rápidamente, por la élite política«, advirtió.
El Senado brasileño debe tratar a partir de esta semana la posibilidad de votar en el Senado y convertir en ley la reforma laboral que impulsa el Gobierno de Temer, en tanto que la reforma provisional, que necesita de una enmienda constitucional y dos tercios de los votos, está detenida en la Cámara de los Diputados.
La crisis política, agregó por último el cardenal da Rocha -«agravada por las denuncias contra el presidente»- no puede ni debe seguir. El purpurado rechazó que el oficialismo «como si nada hubiera ocurrido» siga diciendo que «el país no puede parar» para que las causas de corrupción se estanquen en los tribunales o para justificar la votación apresurada de proyectos. «La corrupción mata, porque el desvío de recursos implica la negación a la población de recursos para salud, educación, alimentación y empleo», sentenció el arzobispo.