El l Sumo Pontífice solamente participará del rezo del Ángelus en la mañana del Año Nuevo

El Papa Francisco no oficia la misa de Fin de Año por una “dolorosa ciática”

El Papa Francisco no oficia la misa de Fin de Año por una “dolorosa ciática”
El Papa Francisco.. PD

Anda fastidiado el Papa. Y empezamos a sospechar que si siguen así las cosa, no nos visitará nunca.

En marzo de 2013, al principio de su pontificado, el argentino Jorge Mario Bergoglio dijo que no haría muchos viajes internacionales debido a su edad, pero ya ha recorrido 4 continentes en 22 viajes internacionales en los que ha visitado 34 países, entre los que no figura España.  (España está mucho mejor de que lo que dice este Papa, que no condena la tortura en la Venezuela chavista).

El papa Francisco no presidirá la misa de fin de año que se celebrará esta tarde en el Vaticano y tampoco la de Año Nuevo que tendrá lugar mañana, 1 de enero, como consecuencia de una “dolorosa ciática”, informó hoy la Santa Sede.

“Debido a una dolorosa ciática, las celebraciones esta tarde y mañana por la mañana en el Altar de la Cátedra de la Basílica Vaticana no serán presididas por el Santo Padre Francisco”, ha señalado el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, en una nota.

En su lugar, el cardenal Giovanni Battista Re presidirá esta tarde la misa de las últimas vísperas, en la que se entonará el himno del “Te Deum” de acción de gracias por el año transcurrido; mientras que el secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin, lo hará en la misa del 1 de enero de 2021.

El papa Francisco, que cumplió el pasado 17 de diciembre 84 años, sí ofrecerá mañana, 1 de enero, el rezo del Ángelus desde la Biblioteca del Palacio Apostólico, como estaba previsto.

El Ángelus coincide con la Solemnidad de María Santísima, Madre de Dios, y la 54 Jornada Mundial de la Paz, que este año lleva por título “La cultura del cuidado como camino de paz”.

Está previsto que el miércoles 6 de enero el papa presida también la eucaristía de la solemnidad de la Epifanía del Señor.

CIERTA MANÍA A ESPAÑA

Visto cómo ha evolucionado la Conferencia Episcopal, no parece que existan estorbos ‘espirituales‘ para el viaje (Alfonso Ussía le mete dos buenas hostias nada consagradas al Papa Francisco por su último desprecio a España).

Tanto Juan Carlos I como Felipe VI en sendas audiencias con Francisco en el Vaticano también realizaron en su momento la invitación verbal a visitar España.

Pero como reza el refrán, tanta cercanía, tanta amistad, acaba malentendiéndose: «donde hay confianza, da asco«.

Por eso mismo, Bergoglio dice cosas de España que no se atrevería a decirle a ningún otro país del mundo.

«Iré cuando haya paz», dijo en el avión que lo llevaba a Marruecos, ante medio centenar de periodistas.

«Primero tienen que ponerse de acuerdo ustedes», afirmó en un vuelo hacia los Emiratos Árabes, también ante la nutrida prensa internacional que suele acompañarle en el avión y en algo que sonó a apoyo a los separatistas catalanes (Santiago Abascal se refiere al Papa Francisco como «ciudadano Bergoglio» y pone los puntos sobre las íes).

¿A quién se refiere Francisco cuando pide acuerdos de parte?

¿Quién debe estar en paz y con quién, para que el Pontífice argentino acceda a visitar España?

¿Se refería a la Conferencia Episcopal, al Gobierno, al episcopado catalán, o a todos?

Quizá, para entenderlo, habría que tener en cuenta que Francisco tiene ramalazos peronistas e incluso chavistas.

Cuando el Pontífice habla de la dramática situación en Venezuela, no lo hace nunca como lo que es, un régimen con todos los resortes del poder en sus manos que ha llevado a la miseria al que fuera uno de los países más ricos de América y donde se reprimen las libertades y se encarcela y tortura a los disidentes, sino como de un ‘conflicto’ que separa a dos partes de influencia equivalente, y la tragedia viniera provocada por su incapacidad para llegar a un acuerdo.

Este empecinamiento en ignorar la responsabilidad del chavismo en la tragedia venezolana ya llevó a un grupo de exmandatarios latinoamericano a enviar al Papa Francisco una encendida carta de protesta en la que explicaban con contundente claridad la realidad de la situación, de la que el régimen es culpable exclusivo, y en la que no existen en absoluto ‘dos partes’, salvo en el sentido en que hay una parte que victimiza y otra, el pueblo, que es victimizada.

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