José María Moncasi de Alvear.- Más de ocho millones de personas vieron el partido de vuelta de semifinales de la Liga de Campeones. Esto traducido en términos de cuota de pantalla significa que disfrutaron y se interesaron por el partido del Barca un 50’4%. Es decir la mitad de los telespectadores que veían la televisión a esa hora estaban viendo el partido.
Los momentos posteriores al encuentro en el que se podían ver a los jugadores del Barcelona celebrando su clasificación contaron con una media de “share” del 41’9 %. Y una audiencia de 8.267.000 espectadores. Es decir que fue el encuentro de Champions más visto de esta temporada según los datos registrados por Sofres y difundidos por la cadena pública.
A mí de todos estos datos que les cuento lo que más me sorprendió fue la capacidad de influencia en los comportamientos de los jugadores, verdaderos estrellas del “star system” deportivo.
Se fijarían Vds. como yo el ejemplo de civismo, corrección, educación que mostraron los jugadores de uno y otro equipo. Más que clasificarse para la final de Liga de Campeones sí que me atrevería a decir que en el partido de la semifinal que enfrentaban a los del Barca con el Milán lo que realmente triunfó fue el Campeonato de la Educación en Valores.
Lo valioso y mágico de todo esto es que se esmeraron uno y otro equipo en mostrar, quiero pensar que conscientemente, a las gentes de este país que la rivalidad en el campo de “batalla” no quita para ser cortés y educado con respecto al prójimo. ¡Qué mensaje tan importante en este mundo en el que vivimos! Estarán Vds. de acuerdo conmigo, supongo.
Ya insistieron en ello los comentaristas José Ángel de la Casa y Julio Salinas a lo largo de todo el partido. Los gestos y detalles, la premura de la disculpa y el perdón cuando se habían cometido alguna falta al contrario, enseguida se mostraban en la televisión para todos esos ocho millones de personas que presenciaron y disfrutaron de este encuentro.
Un partido que resulto apasionante no ya en las formas, que es el tema que nos ocupa, sino también en el esfuerzo que demostraron tanto el Milán como el Barcelona. Así se veía a los Etoó, Decó, Puyol y demás trabajar en equipo para conseguir ese ansiado pase a la final que más tarde lograrían. De todo el partido me quedo como ya les he comentado con el ejemplo de todas esas 22 personalidades que se jugaban mucho en su carrera por el triunfo pero que sin duda fueron un ejemplo de comportamiento y de civismo. Sin duda son un espejo donde se miran todos esos miles de jóvenes y no tan jóvenes de nuestra querida España, y esto es un dato que ellos que son líderes de opinión lo tendrían que saber.
Otra reflexión que Vds. se harán es que cuanto mayor rango tiene el partido o evento más resalta y se esfuerzan los grandes jugadores en difundir un mensaje con su propio comportamiento. Mi única duda es si estos deportistas de elite seguirán comportándose como ayer y marcarán esta pauta en línea ascendente.
Que ocasión tan oportuna para que arranque un “nuevo fair play” tan necesario en la sociedad en que vivimos y demuestren estos profesionales del fútbol que competir implica compartir con los demás unos valores. Ya por último sólo animar a estas gentes que se han convertido en líderes de masas para que sepan ejercer su cometido con un ejemplo que innegablemente pueden ejercer sin apenas dificultades.
¡Enhorabuena Barcelona por vuestro ejemplo de honradez, laboriosidad y humildad! Seguir siendo hoy en vuestra final como ayer, un ejemplo.
