(PD).- Es la tenista más mediática que compite en el Sony Ericsson Championship de Madrid. La mujer más buscada por los fotógrafos y la envidia de sus compañeras. Una deportista que coquetea con la belleza y la competitividad. Sensual, alta, bella, carismática…y una gran tenista. El resto de tenistas, casi sin excepción, tienen que rendirse a los pies de la rusa Maria Sharapova.
Y podría convertirse en la reina del tenis mundial. Este es el tema escogido por la periodista de El Economista, Ana R.Vicente en un profundo y extenso reportaje en el que se analiza las otras ‘dotes’ de la rusa, una tenista que ha conseguido explotar su belleza, su físico y, al contrario de Anna Kournikova, su talento.
Todos suspiran por ella. Es representativo que haya conseguido elevar al máximo exponente el deporte que practica.
«El tenis femenino ha ganado espectadores y audiencia gracias a esta gran tenista. Y lo dicen los propios organizadores del actual torneo que se está disputando en la capital española.»
Modelo y deportista. La rusa ha conseguido aunar esas, en teoría, antagónicas disciplinas. Pero, al margen del deporte, Sharapova es, sin lugar a dudas, una máquina…generadora de ganancias.
«Es la deportista femenina mejor pagada del mundo, con unos ingresos anuales de 18,2 millones de dólares, según la revista Forbes. Con sólo 19 años, está en el cuarto lugar del ránking, sólo por detrás de Michael Schumacher, Valentino Rossi y el brasileño Ronaldinho.
su carrera publicitaria tiene mucho mérito, porque también saca tiempo para ser imagen de Motorola, de Nike y de las raquetas de la marca Prince (de ésta lo es desde los nueve años, cuando empezaba a despuntar).»
Todas las marcas saben que contar con Sharapova es un negocio seguro. Por ello, la solicitan constantemente. Buscan su imagen, su sonrisa, su pose o sus ojos para realizar campañas de publicidad, el ‘otro’ negocio al que se dedica la rusa y que le reporta numerosos beneficios.
Además, el grupo suizo TAG Heuer la ha contratado para que promocione el reloj Aquaracer, hecho en oro de 18 kilates y acero, con incrustaciones de diamantes. Y Sharapova, aunque todavía no tiene permiso de conducir, también es la imagen del Land Rover Freelander 2, de un videojuego -Top Spin 2- y de su propia línea de perfumes, que ha lanzado tras firmar un contrato con la compañía Parlux Fragances con el que ganará tres millones de dólares durante los próximos tres años.
La rusa es un pez que sabe moverse perfectamente entre las turbulentas aguas de la publicidad y sabe ofrecer espectáculo en todas las pistas que pisa. Sus aullidos y sus habituales jadeos y gritos es una de sus señas de identidad. Cuenta con numerosos fans que la elevan a la categoría de diosa. Quizá no sea para tanto, pero es una de las más grandes.
