LOS TRES GOLES DEL ENCUENTRO SE DIERON EN EL AÑADIDO

Champions League: El Atleti se lleva la victoria por 2-1 contra el Oporto en un final frenético

Griezmann marcó el tanto definitivo en el minuto 101 de partido

Gol de Griezmann frente al Oporto
Gol de Griezmann frente al Oporto PD

Atlético de Madrid y Oporto protagonizaron un encuentro que centró toda la emoción en los minutos finales. Tras un guión plano y conservador, algo que no extrañó, llegaron tres goles en los nueve minutos de añadido.

Antes del choque, los amantes del gol, del fútbol ofensivo y de la locura sabían perfectamente que este no era su plan ideal. El ‘resultado gafas’ ocupó el marcador hasta el añadido, y así parecía que iba a terminar.

Dos equipos que se conocen porque, el curso pasado ya jugaron entre sí en la fase de grupos también. Y precisamente en el campo del equipo portugués, fue donde los del Cholo consiguieron una clasificación ‘in-extremis’.

Un final loco

Prácticamente, lo más importante del encuentro -y lo más vistoso- ocurrió en esos minutos finales. De un partido muy aburrido, donde no pasaba nada, pasó a ser un encuentro frenético lleno de sorpresa y, finalmente, con alegría para el equipo rojiblanco.

Porque ese arreón en el añadido marcó el encuentro de cabo a rabo. El Cholo sorprendió a todo cambiando a Morata, el delantero referencia del actual Atlético de Madrid, por Mario Hermoso, defensa de rotación.

Y, para bien y para mal de los colchoneros, se convirtió en el protagonista absoluto en solo cinco minutos. En el 91′, marcó el 1-0 en una jugada un tanto afortunada, pero que ya había intentado poco antes. Recibió de Correa en la frontal, amagó para quitarse de encima a Bruno y tiró entre Joao Mario y Pepe. Rozó en el primero y el tiro se convirtió en una vaselina que superó al portero del cuadro luso.

Celebración del gol de Hermoso

Celebración del gol de Hermoso

Lo celebró con la afición con la que tuvo sus más y sus menos. Pero esa alegría y euforia se ahogaron en el 96′. Hermoso quiso controlar en el área, pero, tras amortiguar la bola con el muslo, esta le dio en la mano de manera incomprensible. Una mano clara a la par que inocente y penalti para el Oporto.

A punto estuvo Oblak de aguarle la fiesta a Uribe. Este le pegó al palo izquierdo del portero, abajo, pero, pese a que rozó el disparo, no pudo evitar que entrase llorando en la portería. Y así llegó un 1-1 que apenas tuvo tiempo de contemplar las vistas desde el luminoso del Metropolitano.

Pero en la última jugada del encuentro, minuto 101′, Witsel peinó un córner hacia el segundo palo donde apareció Antoine Griezmann. De cabeza y casi a placer, el francés marcó el gol de la victoria e hizo enloquecer a una afición que, por momentos, olvidará el cinco raspado, y con suerte, que sacó su equipo solo unos minutos antes.

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