Desde el Exilio

Miguel Font Rosell

Una ciudad estancada

Hace un par de días, esa chacha para todo, o el chico del pis (para no herir sensibilidades), quien en la Versalles de Luis XIV sostenía el orinal para las deposiciones de los nobles, en forma de periódico, publicaba la noticia de que el Concello vigués adjudicaba la redacción de un nuevo Plan General de Ordenación Municipal.

Por supuesto no hacía referencia alguna a que Vigo no dispone de PGOM por la única y absoluta culpa del dictadorcete apoltronado, por su prisa en aprobarlo (2008) buscando su rentabilidad política personal, aun a costa de la falta de trámites imprescindibles para su correcta aprobación, de que para ello contó en la Consellería de Ordenación del Territorio con la actual concejala de urbanismo de la ciudad que preside el personaje (los favores se pagan), entonces máxima responsable en la Xunta para tal faena, que aun habiendo sido anulado el Plan por los tribunales de justicia (2015) ha dejado pasar años de absoluta inacción hasta decidir acometer un nuevo Plan, que gracias a un invento de la Xunta actual (un favor a la ciudad, de discutible legalidad), no del propio ayuntamiento como “adjudica” C.P. (autor del artículo), sino de esa Xunta a la que el caballero en cuestión masacra día si y día también, hoy la ciudad no ha quedado del todo huérfana de planeamiento, que en todo este tiempo, y por tal continuada paralización, Vigo ha perdido infinidad de puestos de trabajo, cierres de empresas, y conseguido un horizonte de trabajo para nuestros jóvenes absolutamente incierto, por falta de inversiones comprometidas imposibles de materializar, etc. Todo eso, al parecer, ni nombrarlo…

Según lo publicado, la redacción del Plan se adjudicará a dos empresas, de las que únicamente cita sus nombres (uno de ellos equivocadamente) sin referencia alguna a su currículo ni al porqué de tales adjudicaciones a dos empresas en lugar de a una sola. Una se llama Oficina de Planeamiento S.A. (no Oficina de Plan), con domicilio social en La Coruña, y la otra Sepia Técnicos S.L., de Ponferrada. Ni un indicio siquiera de querer saber algo más sobre el particular por parte del periódico en cuestión, más que lo comunicado desde la propia alcaldía, como viene siendo habitual, cuando con una mínima entrada en Internet se hubiera podido apreciar que se trata de dos empresas para las que este encargo parece el mayor al que habrán de enfrentarse hasta ahora, sin que sepamos por otra parte cuales son las virtudes que atesoran y que han hecho para que el planeamiento de la mayor ciudad de Galicia se ponga en sus ¿expertas? manos.

La adjudicación supone que el trabajo deberá completarse en !!4 años!!, tiempo que se supone referido a la entrega del documento para su aprobación inicial, ya que  la aprobación definitiva no depende de la celeridad o no del equipo redactor (acuerdos políticos, alegaciones, resolución de tales alegaciones, modificaciones, tramitación ante distintos organismos, aprobación provisional, vuelta a marear la perdiz, etc.). Si es así, podríamos estar hablando, en el mejor de los casos, de una aprobación definitiva en un plazo mínimo de unos !!6 años!!, lo que nos lleva a vivir hasta el 2024 sin Plan General en Vigo, ya que la situación actual (un mínimo parche sin solvencia alguna) no se puede considerar como de vigencia de planeamiento adecuado para la ciudad.

La adjudicación, por otra parte, se nos dice que es por algo más de dos millones de euros (quedó desierta por la cifra aproximada de 1.600.000). Si como hemos calculado, en el mejor de los casos, su trabajo habrá de durar unos 6 años, el asunto viene a salir por unos 350.000 euros al año, o lo que viene a ser lo mismo, unos 30.000 euros mensuales con los que hacer frente a todo el material a emplear y a los sueldos brutos de todo un equipo de planeamiento que se supone compuesto por varios profesionales de distintos sectores, cuentas que evidentemente no salen, ni de lejos. La explicación es evidente: O al final acabaremos pagando adicionales a la cifra aprobada, o el “equipo” pasará a estar compuesto por un profesional y algún que otro becario, sin más, como ocurre tantas veces, aunque en la propuesta de adjudicación figuren todo tipo de técnicos y de los más expertos del país, y ello para articular el crecimiento de la mayor ciudad de Galicia. Hay que recordar aquí que el presupuesto que Vigo pretende gastarse en la iluminación navideña de este solo año, está en el !!doble!! del que se prevé para la confección del Plan General, cuando esto es infinitamente más trascendental para la ciudad que todo el lucerío de campaña política que los vigueses hemos de pagarle al personaje.

A mi entender, encargar un Plan tres años después de que te lo hayan anulado, a un par de equipos de bajo perfil (dicho con el mayor respeto), por una miseria, y a 6 años vista, en el mejor de los casos, es una prueba evidente de que el personaje en cuestión no tiene le menor intención de aprobar un PGOM para la ciudad, sobre todo cuando la tramitación de un Plan suele no proporcionar apetecibles rentabilidades políticas, aunque para el bien de la ciudad sea algo fundamental.

Si hacemos memoria, tendremos que recordar que, el Plan que sustituiría al anterior de 1.993 (nefasto para la ciudad), el finalmente aprobado, data de 2008, hoy anulado, que empezó a redactarse por decisión política del BNG en 1.999, que a punto de ser aprobado definitivamente con la aquiescencia de todos las instituciones de la ciudad, ya con el PP en el poder municipal, fue parada su tramitación y vuelto a reformar, por el actual regidor (lo que no es una ocurrencia suya carece de posibilidades de salir adelante, aunque se trata de algo aceptado por todos), quedando finalmente redactado de tal manera que era imposible autorizar licencia alguna, al haber desequilibrado absolutamente la relación entre edificabilidades, cesiones, dotaciones y tipologías, algo que yo he apuntado en sucesivos artículos desde entonces y que finalmente el tiempo se encargó de que así fuera en la totalidad de las previones apuntadas, incluso en aquellas del propio regidor de construir de forma inmediata y desde el ayuntamiento, 6.000 viviendas de protección oficial, lo que constituía una mentira más de las infinitas que ha contado a los vigueses en estos años de penuria de planeamiento, mentira que denotaba además una falta absoluta de conocimientos sobre el particular, algo que ha ido arrastrando a lo largo de todos estos años y siempre en progresión.

Así las cosas, y en el mejor de los casos, Vigo habrá pasado un mínimo de !!25 años!! sin Plan General de Ordenación Municipal.

Mi trayectoria profesional, dejando a un lado la corta época de marino mercante, ha transcurrido dedicada al urbanismo, prácticamente la mitad como aparejador municipal del ayuntamiento de Vigo, y el resto como gerente de la asociación de promotores inmobiliarios de la provincia de Pontevedra, tanto en mi faceta de aparejador como de licenciado en Derecho. Mi entrada en el ayuntamiento vigués data de 1972, siendo alcalde Antonio Ramilo y en vida del dictador (el otro, el militar, el de la tumba inquieta, no el actual “amado líder”), con un Plan General aprobado en 1970, el Plan que posibilitó gran parte del crecimiento de esta ciudad. 

Desde entonces hasta hoy (46 años), yo no he conocido ni un solo alcalde y ni un solo concejal, que tuvieran la menor idea de “urbanismo”, salvo ciertas nociones de legislación urbanística, una rama auxiliar del urbanismo que no tiene incidencia positiva considerable en el diseño ni en el progreso de una ciudad ajustada a sus posibilidades. En el tiempo citado, todos y cada uno de los políticos relacionados con el urbanismo de la ciudad, han confundido el término con “adjudicación de edificabilidades” con lo que ello comporta políticamente, tanto en la financiación encubierta de los partidos políticos y de algún que otro político en concreto (migas que caen por el camino), como en la búsqueda de clientelismo a la hora de perpetuarse en los cargos. 

Desde la época, por tanto, de Tomás Pérez Lorente como alcalde, el último con una visión de la ciudad más cercana al ejercicio del urbanismo (Portanet era otra cosa), Vigo ha sufrido un crecimiento absolutamente anárquico en cuanto a su configuración y morfología urbanística, ajena totalmente a sus posibilidades de racionalidad urbana, de infraestructura razonable para su crecimiento equilibrado, y de constituirse en el motor económico y social de Galicia, pues hoy, y según el informe Ardan, la primera empresa viguesa en facturación, ha pasado a ser la !!24!! de Galicia (PSA-Citroen aparte, pues factura en París y Madrid).

Una vez más, sigo sin conocer una sola Corporación que encargue la confección de un Plan con unos objetivos claramente definidos, salvo pequeñas acciones puntuales, generalmente ya comprometidas, o limitaciones consecuencia de compromisos electorales.

¿Alguien podría pensar en encargarle a un arquitecto el proyecto de una casa, sin más, sin definir si se trata de una vivienda unifamiliar, si colectiva, si de mayor o menor superficie, si clásica o moderna, si solo de planta baja o en altura, si por el contrario es una nave industrial o un local comercial o de oficinas o cualquier otra edificación, esperando que sea ese arquitecto el que finalmente nos entregue un proyecto de algo de su único interés profesional?

Un Plan General, para una ciudad es el principal documento de que se dispone para construir la ciudad del futuro, la ciudad que queremos ser.

Hoy una Corporación está compuesta por una serie de políticos en los que por lo general no existe ni uno solo que conozca las necesidades de los distintos sectores que componen la sociedad, las posibilidades de la propia ciudad en ser competitiva, en ser una referencia efectiva de crecimiento sostenido, etc., no se trata de un grupo de expertos, no se llega a la política por conocimientos, ni en los programas de los partidos se contienen modelos de ciudad, por eso el procedimiento a seguir a la hora de encargar la confección de un Plan General es otro bien distinto.

El inicio debe partir de confeccionar un Plan Estratégico, un Plan que ha de confeccionarse como resultado del conocimiento de los datos, las necesidades, las oportunidades, la competitividad, la aptitud y demás posibilidades de los distintos sectores productivos y no productivos de la ciudad. Para ello y a través de un equipo profesional, coordinador, independiente y ajeno a cualquier opción política, debe socavarse de los distintos sectores aquellas demandas que puedan traducirse en progreso, competitividad y apuesta de futuro, conociendo sus demandas de infraestructura, sus necesidades de apoyo en otros sectores, etc. La vivienda, no es más que la necesidad de equilibrio de mercado como consecuencia del avance o retracción de la ciudad y sus necesidades de habitación, no es por ello lo fundamental de un Plan General.

Esto se ha hecho un par de veces en Vigo, con un par de planes estratégicos que han acabado en un cajón, extemporáneos y no vinculados a la formación de un Plan de Ordenación.

Si ha de encargarse la confección de un Plan a un equipo redactor, habrá que darle las pautas para lograr unos objetivos de futuro que hoy ni siquiera están planteados. El equipo habrá de atender a esas demandas de orden político que permitan crecer ordenada y equilibradamente a la ciudad, sin que de su actuación y previsiones se produzca un exceso de demanda o de oferta, que puedan incidir en especulaciones por exceso de demanda o en desinversiones por exceso de oferta.

Si de resultas de la confección de ese Plan Estratégico en el que han colaborado todos los sectores de la ciudad, se llega a la conclusión que para el progreso de la ciudad es preciso prioritariamente ser un referente, por poner un ejemplo, en el mundo del automóvil, en el de la pesca congelada, en la investigación aeronáutica y en construcción naval, a parte de otros sectores de menor presencia, y para ello es preciso desarrollar ciertas infraestructuras de logística, comunicaciones, instalaciones portuarias, etc., el Plan a encargar habrá de contemplar con anterioridad, la decisión política de la Corporación de que se trate, decidiendo tales objetivos y la estrategia para lograrlos emanada de ese Plan Estratégico, en el que los principales agentes, económicos, sociales, etc. hayan acordado, así como el parque residencial que ello comporta de forma equilibrada, ni escasa para evitar la especulación, ni sobre dimensionada que evite la inversión.

Hoy el ayuntamiento de Vigo encarga la confección de un Plan del que se desconocen todo tipo de objetivos, a un par de pequeñas empresas de las que desconocemos sus logros, su equipo, el porqué de tal encargo y el contacto o no, que puedan haber tenido con los distintos sectores productivos de la ciudad para encaminar sus pasos a algún logro en concreto, y todo ello para finalmente disponer de un documento en !!2024!! que solo nos va a costar la mitad de la iluminación navideña, que no sabemos a que voluntad política responde y de que nos valdrá para el progreso de la ciudad. 

Esto no es política de pueblo, no es cambiar aceras, plantar dinosetos, encender luces navideñas, hacer rotondas o llenar la ciudad de horteradas y una vez hecho abandonarlo todo a una falta absoluta de mantenimiento y suciedad (pasear por las “humanizadas” aceras de Rosalía de Castro, entre otras, resulta francamente asqueroso). Es algo muchísimo más serio, que se va a emprender desde el absoluto desconocimiento, la falta de coordinación y aquiescencia con los distintos sectores de la ciudad, de compromiso en las inversiones, de todo tipo de lógica urbanística y todo ello en el sempiterno ambiente de la constante provocación y enfrentamiento con la Xunta, la administración que ha de tutelar todo el proceso.

Al final se acabará haciendo lo que el dictador de turno decida, cuando lo decida y como lo decida, a su conveniencia, mientras el resto de partidos, en la inopia, el pueblo aplaudiendo con las orejas al divino líder y la chacha mediática obviando todo tipo de critica y fomentando todo tipo de usos y costumbres pueblerinas en la que, enfáticamente, pretenden que sea la primera ciudad de Galicia.

Esplendor en las formas, alabanzas en los medios, decrepitud en el fondo, y el ciudadano ni se entera, ni hace nada por enterarse, mira hacia otro lado, e incluso se molesta si le avivan la conciencia.

Tiene tela.    

   

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Miguel Font Rosell

Licenciado en derecho, arquitecto técnico, marino mercante, agente de la propiedad inmobiliaria.

Lo más leído