Desde el Atlántico

Carlos Ruiz

Cuba: y Obama dio la razón a Franco (con perdón)

El acuerdo USA-Cuba, con la mediación del Vaticano, es sin duda un acontecimiento… que ha dejado en evidencia a la UE y a España en particular. El 17 de diciembre de 2014, Barack Obama y Raúl Castro Ruz anunciaron de forma simultánea un acuerdo, alcanzado con la importante mediación del Papa Francisco. Este éxito, a mi juicio, pone de manifiesto el fracaso de España y la UE que «celebran» de forma muy poco creíble este éxito que pone de manifiesto que la política que se siguió con Cuba, ya en tiempo de Franco, era la correcta. @Desdelatlantico.

I. LA «DOCTRINA ESTRADA» BASE DE LA POLÍTICA EXTERIOR ESPAÑOLA DESTRUIDA POR FELIPE GONZÁLEZ Y JOSÉ MARÍA AZNAR
La «doctrina Estrada» fue la base de la política exterior española durante la época de Franco, primero, y luego durante el gobierno de Adolfo Suárez González. Como ya dije en este blog:

La política exterior de Franco hacia Hispanoamérica se basó en la llamada «doctrina Estrada», que recibe su nombre de Genaro Estrada, canciller que fue de México. En síntesis, esta doctrina estipula que las relaciones diplomáticas deben trabarse entre Estados con independencia del Gobierno que dirija ese Estado.
Esta doctrina es la que explica que Franco mantuviera la relación con Cuba después de la caída de Fulgencio Batista y el ascenso al poder de Fidel Castro.
Suárez mantuvo esta línea política, siendo ásperamente criticado por visitar a Fidel Castro.

Esta doctrina fue destruida, primero, por los gobiernos de Felipe González Márquez, que sometieron a España a la política exterior de Francia, y luego con los gobiernos de José María Aznar López. González rompió la doctrina «Estrada» al introducir, en relación a Hispanoamérica, el factor ideológico en las relaciones internacionales. De suerte que se mantuvieron las relaciones con las dictaduras de «izquierda» (como Cuba) al mismo tiempo que se fustigaba a las dictaduras de «derecha» (Chile, Argentina).
El esquema de González fue asumido por Aznar, invirtiendo las tornas, de suerte que se pasó a fustigar a las dictaduras de «izquierda» y, muy en especial a Cuba.

II. LA «POSICIÓN COMÚN» DE LA UE RESPECTO A CUBA APROBADA EN EL AÑO 1996 INALTERADA HASTA HOY
El 2 de diciembre de 1996, el Consejo Europeo aprobaba su «Posición común» sobre Cuba. En virtud de la misma, las relaciones con Cuba quedaban CONDICIONADAS a los avances de Cuba en relación con la democracia:

La Unión Europea considera que una plena cooperación con Cuba dependerá de las mejoras en el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales

Esta política llamaba la atención si se considera el comportamiento de la UE con otros actores como Marruecos o China. Así, por ejemplo, cabe preguntarse por qué la UE mantiene una «plena cooperación» con países como Marruecos donde no se respetan los derechos humanos y las libertades fundamentales, que además comete una sistemática y continua violación del Derecho Internacional.

Esta «posición común» de 1996 se ha mantenido inalterable hasta hoy. Ni Aznar (en cuyo mandato se impulsó esta «posición») ni luego Rodríguez, ni ahora Rajoy hicieron el más mínimo intento de desmontar esta posición.

III. EL ACUERDO USA-CUBA DEJA CON EL PASO CAMBIADO A ESPAÑA Y LA UE
La posición de España y de la UE ha quedado totalmente en evidencia.

1. España.
El mismo Gobierno de España que no ha tomado ninguna iniciativa ante la UE para cambiar la «posición común» de 1996 ahora resulta que se «felicita» del acuerdo. Resulta algo patético que el ministro de exteriores de España, García-Margallo, tenga el descaro de «sacar pecho» ante este acontecimiento sin ningún pudor a pesar del espantoso fracaso de su reciente visita a Cuba donde no fue recibido por Raúl Castro, contra lo previamente anunciado.
Por mucho que García-Margallo intente ponerse medallas, el hecho indudable es que en Cuba no sólo no fue recibido por Castro, sino que se dedicó a dar una conferencia sobre la transición española, lo cual evidencia que sus declaraciones de que España preconizaba un enfoque «económico» y no político son, cuando menos, poco creíbles.
Por lo demás, existe un hecho documentado e innegable: Ni García-Margallo ni Rajoy han realizado ninguna iniciativa para cambiar la «Posición común» de 1996.
El fiasco cubano también ha puesto de manifiesto el descrédito de los análisis del carísimo «Real Instituto Elcano». En su informe número 15 («Hacia una renovación estratégica de la política exterior española») que pretendía ser, nada más y nada menos, que la doctrina inspiradora de nuestra diplomacia, todo lo que se decía sobre Cuba eran estas dos líneas y media, en un informe de 77 páginas:

Cuba, país al que los españoles se sienten muy próximos sentimentalmente, está experimentando un delicado proceso de transformación, que reclama que España le acompañe con una política específica.

O sea, que nuestra política con Cuba debe explicarse sólo por motivos «sentimentales» y hay que aplicar una «política específica». Ni una sola alusión a la «Posición común».

España ha perdido, así, una vez más, una oportunidad histórica. Y esta será, en mi opinión, una de las mayores desgracias para España del paso de Rajoy-Margallo por el poder.

2. Unión Europea.
La UE ha perdido, aún más si cabe, prestigio y peso político internacional. Resulta a este respecto un tanto patético ver a un comentarista de «El País» decir, a toro pasado, que la UE ha «jugado a favor del acercamiento de posiciones» porque desde enero de 2014 negociaba un «acuerdo de cooperación económica y política sin condicionarlo a la apertura democrática».
Porque una de dos:
– o se aprobaba ese eventual acuerdo sin derogar la «posición común».. y entonces la UE estaba aprobando normas contadictorias
– o se aprobaba ese eventual acuerdo… derogando la «posición común».. y entonces se comprueba que en tanto en cuant no se derogara la misma esas eventuales negociaciones o no eran lo suficientemente serias o se querían llevar a cabo desde una posición de fuerza de la UE «chantajeando» a Cuba para obtener cesiones a cambio de la derogación de la «posición común».
El hecho indudable, a día de hoy, es que esa «posición común» no se ha derogado, lo cual implica que:
– o la UE la derogará en fechas próximas, confirmando que políticamente en Cuba actúa a rebujo de los Estados Unidos…
– o no la derogará… en cuyo caso quedará definitivamente fuera de Cuba.

IV. UNA SITUACIÓN QUE ERA PREVISIBLE
La situación producida no debía haber sido sorprendente. Era evidente, para cualquiera no cegado por el dogmatismo, que la situación en Cuba llevaba meses evolucionando. Pongo como prueba algunos mensajes que yo mismo envié en «Twitter» (en febrero, abril y agosto de este año).
Ha habido, por tanto, muchos meses, para intentar reconducir nuestra política exterior. Cuba formaba parte de España hasta hace poco más de un siglo. No se trata sólo de conexiones sentimentales. Se trata de los intereses económicos y políticos. Se trata de la historia.
Nuestra política exterior se merece otros analistas.

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Autor

Carlos Ruiz Miguel

Catedrático de Derecho Constitucional Director del Centro de Estudios sobre el Sahara Occidental Universidad de Santiago de Compostela

Carlos Ruiz Miguel

Catedrático de Derecho Constitucional
Director del Centro de Estudios sobre el Sahara Occidental
Universidad de Santiago de Compostela

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