Finca La Mina de Pradorey, el vino más elegante de la familia Pradorey

Finca La Mina de Pradorey, el vino más elegante de la familia Pradorey

En la Bodega y Viñedos Pradorey no extraen diamantes, pero sí que tienen varias joyas… Dentro de su gran muestrario, este vino es catalogado como ‘el elegante’ (y no sin razón)  y acaba de salir al mercado una nueva añada, la 2017. El resultado son 24.877 botellas de 0,75 litros y 1.483 en formato magnum de un reserva ‘rompedor’ 100% tempranillo. Como el resto de referencias de la firma, está elaborado con uva propia, que en este caso crece en un terreno franco-arenoso que le da un carácter intenso.

La historia de Pradorey  comenzó hace poco más de 30 de años en la provincia de Burgos, cuando Javier Cremades, ingeniero autónomo recién jubilado, decidió comprar la finca de Ventosilla en Aranda de Duero y plantar las 200 primeras hectáreas de un viñedo, haciendo realidad su sueño de ser viticultor. A día de hoy, han cambiado y evolucionado muchas cosas -no podemos olvidar que es una bodega pionera en Ribera del Duero– y hay plantadas 565 hectáreas siendo la mayor extensión de viñedo propio de la Ribera -algunas ya en ecológico-, lo que permite que toda la producción se haga con su uva. De ellas, 150 se dedican a los vinos de finca, con los que vienen a cambiar las reglas de su D.O. y empezamos el año recorriendo una de ellas y descubriendo la joya que allí obtienen.

El Pago La Mina consta de 78 hectáreas en un terreno franco-arenoso, casi sin arcilla, a 800 metros sobre el nivel del mar, del que sale Finca La Mina, ‘el elegante’, dentro de los clásicos de esta gran y variada familia. Marcado por la identidad del terruño, tiene un carácter intenso, enérgico y recio, porque crecer en esa tierra no es fácil y el resultado es un vino rompedor, con cuerpo y mineralidad. Acaba de salir al mercado una nueva y esperada añada, porque por sus características, no es un vino que se elabore todos los años, sino solo los excepcionales, los que garantizan un alto potencial y las cualidades para la larga crianza.

Finca La Mina 2017 ha pasado 15 meses en barrica de roble europeo y 24 meses embotellado en el durmiente de la bodega, cifras que cambian todos los años -en Pradorey no hay ‘reglas’ temporales-, como el campo y el número de botellas que producen. De esta añada hay 24.877. Lo que siempre mantienen con este vino, y con todos, es la fermentación espontánea con levaduras autóctonas -como se hacía tradicionalmente- de la uva seleccionada, en depósitos de acero, y la fermentación maloláctica, también espontánea, que se realiza en conos de madera francesa.

Este reserva de la Ribera del Duero 100% tempranillo presenta a la vista un color rojo cereza muy brillante, de capa alta; en nariz es aromáticamente complejo y elegante, con recuerdos a fruta roja compotada y a fruta negra madura, siendo de carácter balsámico, especiado y ahumado, rico en aromas terciarios. En boca tiene una entrada sedosa, mostrando interesantes taninos maduros de largo recorrido. En suma, sensaciones muy agradables de fruta madura, aterciopeladas y balsámicas… Notas que lo convierten en el aliado ideal de la caza menor -tanto de pelo como de pluma-, de guisos y también de un buen chocolate amargo. Un vino lleno de potencial, que bien podría estar entre los mejores de Pradorey, pero como le gusta decir a su director general, Fernando Rodríguez de Rivera Cremades, su mejor vino aún está por llegar, porque la innovación y el aprendizaje continuo forman parte de su ADN y estrategia corporativa. Finca La Mina tiene un PVP de 22 €/botella.

Pradorey  se define a sí misma con términos como osadía, pasión, intuición y libertad para darle forma a su idea de Ribera del Duero, una idea que se bebe a través de 13 referencias, cada una con algo que decir y su propia ‘personalidad’: sus tres Imprescindibles –Origen, rosado y blanco-; los tres de Fincas Valdelayegua, el elegante La Mina que aquí presentamos y Real Sitio de Ventosilla-; tres más sofisticados y divertidos, los Transgresores -el bohemio El Cuentista, la influencer Lía y el trendy Sr. Niño-; dos únicos, de Autor, como son Adaro, un homenaje al fundador, Javier Cremades de Adaro, y el exclusivo Élite; una joya de Colección como es el artesanal El Buen Alfarero, elaborado en tinajas y otro al alcance solo de unos pocos por su exclusividad, El Retablo. Para disfrutarlos, nada como visitar la bodega y viajar en el tiempo con su propuesta de enoturismo, con posada para pernoctar incluida, pero mientras, nada como entrar en su práctica tienda online -donde siempre hay interesantes promociones- y hacerse con ese vino que más se adapte a nuestros gustos.

 

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Autor

Juan Luis Recio

Blogger gastronómico y de tendencias, crítico de vinos (XL Semanal), letrista, sociólogo, mensista, poeta

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