A Contracorriente

Enrique Arias Vega

Víctimas del terrorismo

Ojalá llegue un día en que no haya más congresos de víctimas del terrorismo porque éste sea algo tan remoto y tan exótico como las especies biológicas del pleistoceno.

Pero me temo que no va a ser así. En las últimas décadas, el terrorismo se ha hecho un mal endémico en el ancho mundo: desde España hasta Colombia, desde Rusia hasta Afganistán. Se ha convertido, además, en un fenómeno aleatorio e impredecible, al que nadie es ajeno y del que nadie puede sustraerse, por muchas medidas de seguridad que se adopten.

Finalmente, la tecnología puesta al servicio del terror lo ha hecho más masivo y más mortífero: donde hace un siglo sólo se producían aislados magnicidios, hoy se causan cientos de víctimas inocentes y anónimas, muertas simplemente porque se hallaban ahí.

El otro aspecto del terror actual es su carácter de espectáculo que llega a nuestros hogares a través del televisor, banalizando así el sufrimiento humano hasta hacerlo algo equiparable a cualquier ficción dramatizada por los medios de comunicación de masas.

Por todas esas razones conviene no olvidar el terrorismo ni trivializarlo. Por todo eso, debemos recordar a las víctimas y a su dolor como si fuese nuestro, ya que todos nosotros hemos sido atacados en aquéllos asesinados o mutilados en nombre de todos.

No debemos perder, pues, la sensibilidad ante el terrorismo ni la solidaria compasión con sus víctimas. No lo debe hacer ningún ciudadano de bien y menos aun aquél a quien hemos elegido para representarnos: me refiero al presidente del Gobierno, al señor Rodríguez Zapatero.

El congreso que se celebra estos días en Salamanca no es un acontecimiento menor ni frívolo, no se trata de una feria de maquinaria agrícola o de un campeonato de bandas de música que permitan delegar la presencia institucional en cualquier persona. La lucha contra el terrorismo, su repudio y el homenaje a sus víctimas es algo consustancial al sistema democrático. La democracia consiste precisamente en la ausencia de violencia en la confrontación ideológica y política. Por ello, la deserción hoy del presidente del Gobierno resulta algo absolutamente injustificable.

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Autor

Enrique Arias Vega

Periodista y economista bilbaíno, diplomado en la Universidad de Stanford (USA), lleva escribiendo casi cuarenta años. Sus artículos han aparecido en la mayor parte de los diarios españoles, en la revista italiana Terzo Mondo y en el periódico Noticias del Mundode Nueva York.

Enrique Arias Vega

Periodista y economista bilbaíno, diplomado en la Universidad de Stanford (USA), lleva escribiendo casi cuarenta años. Sus artículos han aparecido en la mayor parte de los diarios españoles, en la revista italiana Terzo Mondo y en el periódico Noticias del Mundode Nueva York.

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