A Contracorriente

Enrique Arias Vega

Vivir en Castilla y León

La gente vive allí donde avizora oportunidades de bienestar, no donde le manden, salvo en las dictaduras, claro, en las que no hay opción que valga. Así, el Gobierno de Myanmar —la antigua Birmania— trasladó por la brava a 900.000 funcionarios a la nueva capital, Naypyidaw, en plena selva. En China, para crear la mayor presa del mundo, la de Las Tres Gargantas, obligaron a mudarse a 1.900.000 personas, vez y media la población de Aragón.

Con la excepción de esos casos y de otros igual de brutales, la gente sólo emigra para mejorar su nivel de vida. Así se produjo el éxodo del campo a la ciudad en la España de los años 50 del siglo pasado y de Andalucía a Alemania en la década de los 60. Sus motivos fueron los mismos por los que en los últimos años han llegado a nuestro país cuatro millones de inmigrantes.

¿Y a Castilla y León? ¿Por qué va a venir la gente a Castilla y León? Eso es lo que va a plantear el Gobierno autonómico de Juan Vicente Herrera mediante 108 medidas que presentará en Las Cortes regionales.

Ya tengo ganas, ya, de conocer los argumentos oficiales para que resulte atractivo vivir en nuestra región. Sobre todo, porque una decisión de ese tipo no se adopta por decreto, como hemos visto, aunque éste se riegue, como en esta ocasión, con 3.200 millones extraídos de las arcas públicas en forma de estímulos para aquellos nuevos convecinos que se animen a serlo.

Pero, de verdad, ¿resulta precisa tal reposición de material humano, por así decir? La prospectiva demográfica indica que la población española se estancará en los próximos años y que se concentrará en la costa, con la excepción de Madrid. El dato es irrebatible. E inevitable. ¿Quién cree, entonces, que en semejante escenario Castilla y León va a ser la única excepción a la regla?

Lo lógico, pues, no es invertir nuestros escasos recursos en tener más habitantes, sino en que la población viva mejor. En eso consistió la revolución agraria en Estados Unidos, donde su escasísima población agrícola actual vive ahora mejor que nunca. Apliquémonos la lección y optemos por mejorar la productividad frente a un imposible aumento de habitantes carentes de futuro.

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Autor

Enrique Arias Vega

Periodista y economista bilbaíno, diplomado en la Universidad de Stanford (USA), lleva escribiendo casi cuarenta años. Sus artículos han aparecido en la mayor parte de los diarios españoles, en la revista italiana Terzo Mondo y en el periódico Noticias del Mundode Nueva York.

Enrique Arias Vega

Periodista y economista bilbaíno, diplomado en la Universidad de Stanford (USA), lleva escribiendo casi cuarenta años. Sus artículos han aparecido en la mayor parte de los diarios españoles, en la revista italiana Terzo Mondo y en el periódico Noticias del Mundode Nueva York.

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