Concluye agosto pero la incógnita permanece intacta: ¿nuevo confinamiento pronto?
Todo empezó en marzo de 2020, acaba el verano pero el bichito sigue presente.
Ha alterado nuestras vidas, ha dejado dolor, economías en precario y desazón. ¿Hasta cuándo?
Los buenos propósitos proclamados a diestro y siniestro meses atrás parecen haberse evaporado. Tan pronto ganamos un punto de seguridad volvemos a nuestros viejos hábitos manifiestamente depredadores. Cuánto cuesta cambiar una cultura. De verdad. Llegando hasta el tuétano.
(El mundo actual se me antoja-como hace unos meses- insostenible).