Cierra la cadena de perfumerías La Balear, Barcelona pierde sus 25 establecimientos y yo en concreto a mis proveedores habituales de espuma de afeitar Edge (pintiparada para mi delicado cutis facial).
Esta desaparición (a las malas cuentas se sumó el puntillazo de la pandemia) ilustra cómo el virus arrasa y altera el paisaje comercial urbano, donde son frecuentes los carteles de cierre o traspaso.
Cuando se haga el balance de la pandemia un nutrido grupo de tiendas arraigadas deberán formar parte del trágico capítulo dedicado a lo-que-la-pandemia-se-llevó.
(¿Por qué se llamaba La Balear este negocio creado en los años treinta?…)