Los kilos no le sientan bien al bolsillo de Janet Jackson. Su compañía discográfica, Virgin, le ha amenazado con el despido si no se quita de encima unos cuantos kilos que, según parece, no le deben sentar bien para cantar en un escenario. De hecho, Virgin le ha lanzado un ultimátum: o consigue un cuerpo esbelto antes de septiembre o no lanzará al mercado su próximo disco.
Dice el periódico norteamericano New York Post que Virgin no se puede arriesgar a lanzar el nuevo trabajo de Jackson, si no se pone en forma, dice este diario.
Por ello, la cantante ha contratado a un entrenador personal. Además, se ha puesto a dieta y solo come verduras, fruta y agua mineral. El fin es que la báscula marque alrededor de diez kilogramos menos.
Un amigo de la artista ha reconocido que el supuesto sobrepeso de Jackson se debe a la ansiedad provocada por el juicio que sentó a su hermano Michael en el banquillo por supuestos abusos a un menor.
Los problemas de Janet con el peso han sido frecuentes a lo largo de su carrera profesional. La actriz aumenta su volumen cuando no tiene que trabajar para luego perderlos cuando lanza algún álbum.
Aunque su peso ideal ronda los 55 kilogramos, en alguna ocasión ha llegado a superar los 90. La última gran aparición pública de Jackson fue en 2004 con motivo de la Super Bowl, donde escandalizó a la audiencia por enseñar accidentalmente un pecho.
