LA MARQUESA SE CASA EL 8 DE JULIO

Tamara Falcó viaja a Nueva York en busca desesperada de Carolina Herrera para conseguir traje de novia

La hija de Isabel Presyler tiene programado un encuentro con Wes Gordon, el directo creativo de la marca de la venezolana

Carolina Herrera y Tamara Falcó.
Carolina Herrera y Tamara Falcó.

¡Qué nos doblen las campanas! Por fin Tamara Falcó va poder tener traje de novia.

Una tranquilidad para la marquesa de Griñón que, a lo peor, se veía llegando al altar en ropa interior. La ruptura con Sophie et Voilà la firma que iba a confeccionar el traje para su enlace el próximo 8 de julio de 2023 en la finca El Rincón ha sido casi más sonada que la que le protagonizó con Iñigo Onieva. Ahora que ya había novio, la firma vasca le amargaba el enlace con una velada acusación de plagio.

Ni las modistas ni la hija de Isabel Preysler contaron toda la verdad. Al final nos acabamos enterando que había un contrato de por medio para que la aristócrata luciera el diseño de la firma. Un contrato que, según lo publicado por algunos medios, ascendía a 150.000 euros. Una barbaridad pero que, al final, gracias a la ruptura contractual ha tenido resultados. Después de la guerra de versiones entre unas y otra, todo el mundo ha acabado conociendo la marca. Hasta en último rincón del solar patrio saben ya qué Sophie et Voilà.

Guerras a parte, la Falcó puso el domingo 21 de mayo de 2023 rumbo a Nueva York para encontrarse con el director creativo de Carolina Herrera, Wes Gordon, para que sea la marca de la diseñadora venezolana quien se encarga del traje de novia de Tamara. Hasta la ciudad de los rascacielos se ha trasladado la marquesa de Griñón en compañía de su estilista Blanca Unzeta. El otro asesor para vestimenta de la Falcó, Juan Avellaneda se ha quedado en España, pero no se descarta que recurran a vídeo-llamada para que el ‘bestfi’ de Falcó de su opinión.

Lo cierto es que no es al primera vez que Tamar recurre a Carolina Herrera para un evento y que la relación entre el clan Preysler y la venezolana es muy estrecha. En alguna ocasión Isabel Preysler ha contado que su amistad con la Herrera se originó en los años 70 cuando ella solía viajar a Nueva York huyendo del fracaso matrimonial con Julio Iglesias. Unas escapadas a la ciudad estadounidense que protagonizaba junto a su amiga Carmen Martínez-Bordiú. La nieta de Franco también estaba entonces a punto de divorciarse de su esposo, Alfonso de Borbón.

Era una época en la que Carolina Herrera era una habitual de la mítica discoteca neoyorkina Studio 54 y estaba aún lejos de ser una marca importante en el sector de la moda. Su suerte cambió cuando Jackie Kennedy la escogió para diseñar en 1986 el vestido con el que se iba a casar su única hija Caroline. Los Kennedy, lo más parecido a una familia real en América, convirtieron en a CH en lo más parecido a una marca de alta costura de la vieja Europa en Estados Unidos. Ahora, otra boda culminará su conexión con los Preysler. La duda es si habrá intercambio económico o no. Una pregunta lícita cuando hablamos de alguien que ha convertido un sacramento en una S.A.

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