El dueño del bar hizo una excepción al abrir para celebrar el compromiso de la pareja

La sangrienta pedida de mano de El Álamo: así fue la reyerta entre clanes gitanos que deja dos muertos y cuatro niños huérfanos

Los fallecidos por el arrollamiento son Antonio Peke Hag y Jessica Márquez, una pareja joven que deja cuatro hijos

La sangrienta pedida de mano de El Álamo: así fue la reyerta entre clanes gitanos que deja dos muertos y cuatro niños huérfanos
Antonio Peke Hag y Jessica Márquez. PD

El amor había triunfado. Ismael y Soraya celebraban su pedida de mano junto con sus familiares.

Hacia las siete de la tarde del fatídico 26 de julio, un centenar de personas se acercó hasta el bar Layso (en la localidad madrileña de El Álamo) para celebrar el acontecimiento.

El Layso es un local decorado con la estética del far west y ubicado en una zona industrial al oeste del pueblo.

Hacía días que el patriarca de los feriantes búlgaros, conocido como El Albino, tenía el local reservado para celebrar esta fiesta, tal como relata el dueño del local, Adolfo Juan a EL ESPAÑOL.

Adolfo no suele abrir los domingos, pero hizo una excepción, porque el clan forma parte de su habitual clientela.

La trifulca comenzó por un órgano. Un miembro de la otra familia, perteneciente a un clan de Vallecas, le pidió al dueño del instrumento tocar una canción. Este se lo negó. Podría haberse quedado ahí, pero el orgullo pudo con ambos. El desencuentro fue a más y los dos se citaron fuera para arreglar sus diferencias a golpes.

“Uno debía tener 20 años y el otro, 40”, narra Adolfo. Los contrincantes tuvieron a bien salirse del local para zurrarse. “No al patio, eh. A la calle”. Eso hizo que el bar Layso saliera ileso de este suceso.

Fuera, la cosa fue a más. A los dos ‘combatientes’ iniciales se les fueron uniendo hermanos, primos y amigos de ambos clanes. Volaron las vallas, piedras y palos. Se oyeron hasta disparos. Lo cierto es que no consta ningún herido de bala. Lo que sí constan son atropellos mortales en medio del caos. 

Las primeras informaciones de este suceso apuntaban a que las víctimas mortales eran Ismael y Soraya, la pareja recién prometida. Sin embargo, estos se refugiaron en el local de al lado cuando todo se desmadró.

Los fallecidos fueron Antonio Peke Hag y Jessica Márquez. Lucía, cuñada de Peke, resultó herida grave y se recupera favorablemente en el Hospital 12 de Octubre de Madrid.

Jessi y Peke tenían 27 y 28 años, respectivamente. Eran padres de cuatro niños.

La tragedia

A mitad de la pelea llegó la Policía Local, pero poco pudo hacer el cuerpo armado contra la furia de un centenar de gitanos.

Hizo falta la Guardia Civil, que llegó poco después, para poner fin a la batalla. Se desconoce el número de detenidos.

“Los nuestros eran ocho, cuatro matrimonios”, relató entre lágrimas Rocío Hijano, madre de Peke, al canal Telemadrid.

“Se metieron todos en una furgoneta, intentaron huir e iban todos hacia la furgoneta para pegarles. Salieron como pudieron de ahí y echaron los ocho a correr. Cinco pudieron escapar. De repente dejan de ver a Peke, a Jessi y a Luci”. 

Al poco, los cinco huidos llamaron a Rocío desde el chalé de un vecino que les dio refugio. Ni rastro de los otros tres.

“Se lo dijimos a la Guardia Civil por favor, si no los tenéis detenidos, nos los han matado. Por favor…”. Y, para desgracia de esta madre y abuela, así fue.

La policía encontró los cuerpos de Jessi y Luci (esta, con vida) a las 8 de la mañana del lunes 27 de julio. El cadáver de Peke apareció horas más tarde entre los matorrales que flanquean la carretera. 

“Esto no es ningún ajuste de cuentas, es una pelea”, explicó Rocío, intentando huir del tópico que siempre acompaña a los sucesos donde hay romaníes implicados. “Sé que cuando se trata de familias gitanas en seguida se buscan los ajustes de cuentas y todas esas cosas. Aquí no ha habido nada de eso”.  

La madre de Peke reclama justicia, pero no venganza, aunque ahora esa idea planee peligrosamente sobre los implicados en estas muertes. “Esto no ha acabado”, augura pesimista Adolfo, dueño del Layso, que ya no organizará la boda de Ismael y Soraya, como tenía previsto.

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