A los 94 años, se nos ha ido Nicolau Casaus, uno de los personajes más entrañables de nuestro deporte. El que fuera durante muchos años vicepresidente del F.C. Barcelona consiguió algo muy importante: que todos los aficionados al fútbol, cualquiera que fuera el equipo de nuestros amores, le respetáramos profundamente. Yo, que soy madridista hasta las cachas, siempre he visto en este apasionado ‘culé’ al directivo más humilde, honrado y conciliador de nuestro fútbol.

Todos recordaremos su entrañable estampa, sonriente y con su inseparable puro en la boca. Gracias a él sé lo que es el famoso “seny” catalán, pues jamás tuvo una mala palabra hacia nadie. Siempre tendió puentes con el resto de aficiones, especialmente con la más difícil, por razones obvias, la madridista. Seremos muchos los que le echaremos de menos. En un deporte tan profesionalizado (y mercantilizado) como el vivimos hoy en día, ya no quedan personajes que nos recuerden el aroma romántico de lo antaño, en el que el fútbol era una ilusión también para los propios directivos de los equipos.

Descanse en paz una leyenda del barcelonismo. Aquel que siempre huía de todas las polémicas, se ha marchado sin hacer ruido, con tranquilidad, sonriendo, con su puro en la boca… Un madridista como yo echará mucho de menos a Don Nicolau, el gran caballero del deporte rey.