Parece ser que al final los dos españoles que estaban detenidos en Gambia y que iban a ser juzgados “por ser homosexuales” van a ser liberados. Me congratulo enormemente por ello, porque el precio de su “delito” no era otro sino la muerte. Sin embargo, este dramático incidente me devuelve a la reflexión sobre un tema que siempre me ha interrogado: ¿Por qué en España miramos con lupa diferente según qué asuntos?

Me explico. En Gambia, su presidente Jammeh es un islamista radical que afirma que su país, que es poblado “únicamente por gente civilizada”, no admite homosexuales. De hecho, hace quince días anunció un ultimátum por el que todos los homosexuales debían de abandonar Gambia en 24 horas. ¿Qué pasaría con los que desafiaran ese desafío? Pues sencillamente que “su cabeza sería cortada”; Jammeh dixit.

¿Y qué hacemos en España ante semejante barbarie? ¿A dónde miramos cuando en Irán se cuelga a los homosexuales de una grúa? Pues miramos a la Iglesia Católica y calificamos de “integrista” por su “maltrato” a los homosexuales. Va el señor Zerolo y cuando en Polonia se anunció que los ‘Telettubies’ iban a ser vetados por “promover la homosexualidad”, exigió con vehemencia “la expulsión de Polonia de la UE”.

Pues muy bien. Me parece genial que los de siempre ataquen a la Iglesia como siempre con los insultos de siempre. Están en su derecho y nosotros nos defenderemos con los argumentos que consideremos oportunos. Pero señores, por favor, un poco más de coherencia y aunque sólo sea de cara a la galería griten con más fuerza contra los que asesinan brutalmente a los que aman de un modo diferente.

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA