Con el afán de contribuir al debate público para una España mejor, queremos mostrar nuestra opinión sobre dos hechos de última hora: la declaración de hace unos minutos en la que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha desmentido las informaciones que achacan fraude fiscal a los principales dirigente del PP; y el último editorial publicado en su web por UPyD, ‘La hora de recuperar España para los españoles’.

Respecto al primero, aunque lamentamos profundamente que Rajoy no haya ofrecido sus explicaciones públicas en una rueda de prensa con posterior turno de preguntas, consideramos positivo el rotundo y solemne rechazo de las acusaciones vertidas contra él y su partido, así como el anuncio de que hará pública su declaración de la renta y de patrimonio. La claridad con la que se ha expresado le ha comprometido de un modo tan absoluto que, en caso de haber omitido algún punto o haber incurrido en una parcial falsedad, sus palabras entrarían a formar parte de la gran mentira jamás contada en nuestra historia reciente, persiguiéndole hasta el final de sus días. Por otro lado, exigimos que sean todos los acusados de haber cometido fraude fiscal en el PP los que ofrezcan a los ciudadanos su declaración de la renta y de patrimonio. Todos, absolutamente todos.

Relacionado con esto, aunque indirectamente, valoramos como una gran contribución social, para que la ciudadanía no perciba a la clase política como un problema, algunas de las siguientes afirmaciones del presidente Rajoy: “Creo en la Justicia, creo en la política, en la gente de cualquier ideología que pone su esfuerzo e inteligencia al servicio del bien común. La política es una actividad noble y digna, propia de las sociedades civilizadas, que va más allá de la ideología y de las querellas partidistas. Me siento orgulloso de lo que hago, de vosotros, y de políticos de otros partidos que también trabajaron por su país. (…) Yo no estoy en política por dinero. (…) Sé ganarme la vida. No he venido a ganar dinero, vine perdiendo dinero. Para mí no es lo más importante”. España necesita creer que sus políticos lo son por vocación de servicio al bien público. Con palabras y con hechos. Si se demuestra la inocencia del presidente del Gobierno, esta defensa de la política honrada habría sido un gran servicio para el país en un momento de gravísima pérdida de credibilidad de la clase política entre la ciudadanía.

En cuanto al editorial de UPyD, también consideramos una excelente noticia su defensa nítida de que España son los españoles. Parece una redundancia, pero no lo es. España son sus ciudadanos, que están siempre por encima de los partidos políticos y las leyes a veces injustas. Muchos, egoístamente, creen ser ellos mismos España. Y no lo son. En este caso, los separadores son más dañinos que los separatistas. Compartimos el 99% del texto del editorial, expresado además con un tono y un lenguaje interpelante y fácil de entender por todos. Sin embargo, el 1% restante es algo que nos preocupa. Concretamente, nos referimos a esta frase: “España no es su Constitución, aunque necesite una Constitución. Pero no esta”. En el Partido Decente creemos firmemente en la Constitución de 1978. Jamás, en toda nuestra historia, hubo una Carta Magna apartidista, para todos los españoles, como lo es esta. Se puede mejorar en algunos aspectos, pero esta es nuestra Constitución. Bienvenidas sean las reformas, pero no la ruptura con el instrumento que ha garantizado el mayor periodo de convivencia pacífica en nuestra siempre convulsa historia nacional.