Entre dos movimientos nacionales: El precipicio imposible de salvar…

Más de 20 años después de la firma de los Acuerdos de Oslo, hay que preguntarse por qué no se produce el compromiso histórico entre ambos Pueblos que era esperado como consecuencia de esa firma. Esta pregunta debemos hacerla, sobre todo quienes apoyamos los acuerdos y quisimos verlos como el principio del camino para una reconciliación histórica entre los dos pueblos.
Al respecto, escribio Shlomo Avineri, Prof. Amerito de la Univ. de Jerusalem y ex-secretario general del Ministerio de RREE Israeli.

«Hay más de una razón que esto no ha logrado poner fin al conflicto y a un acuerdo de Paz entre Israel y los Palestinos: la desconfianza mutua entre las partes, las presiones internas de los opositores al acuerdo de ambas partes, los trucos de Yasser Arafat, el asesinato del primer ministro Israeli Yitzhak Rabin, el terrorismo Palestino, la victoria de la derecha en las elecciones Israelíes, la ruptura entre Fatah y Hamas, los presidentes Estadounidenses que han hecho demasiado poco (George W. Bush), o hicieron demasiado y mal (Barack Obama), la debilidad de Mahmoud Abbas (Abu Mazen), los obstáculos en el camino del gobierno de Netanyahu a negociaciones eficaces. Todo esto es cierto, y cada lado elige para justificar su visión las razones que le resultan apropiadas.

Pero más allá de todas estas razones se cierne una diferencia básica entre los sistemas conceptuales en los que ambas partes consideran la esencia misma del conflicto, y muchos constructores del «Proceso de Paz» prefieren ignorarlo.

La mayoría de los Israelíes ven el conflicto como una lucha entre dos movimientos nacionales: el movimiento nacional Judío, el sionismo y el movimiento nacional Palestino, que forma parte del movimiento nacional Panárabe. La lógica interna de este punto de vista conduce a un principio de dos Estados. Aunque la derecha israelí durante años prefirió ignorarlo, al final incluso Benjamin Netanyahu ha adoptado esta solución, aunque a regañadientes.

La cosa es que los Israelíes que ven el conflicto en términos de una lucha entre dos movimientos nacionales asumen esta posición tambien en la parte Palestina, y por lo tanto, cuando las negociaciones fracasaron en algún momento, se centraron en las supuestas causas de fracaso y pensaron que otra concesión u otra mas iban a resolver el problema.

Desafortunadamente, esto es una ilusión.

El concepto básico entre los Palestinos, que a menudo no se refleja en las conversaciones con los Israelíes – (ciertamente no en las conversaciones de los Palestinos con aquellos que hacen la peregrinación a Ramallah en busqueda de una «solucion»)- es muy diferente, y, básicamente, no es posible ocultarlo: para ellos (los Palestinos) no hay un conflicto entre dos movimientos nacionales, sino una disputa entre un movimiento nacional (el de Palestina) – y una entidad colonial imperialista (Israel). Según ellos, el fin de Israel sería como el fin de todo movimiento colonial: Israel va a ser erradicado. Por otra parte, la percepción de los Palestinos en relacion a los Judios es que no son una nación, sino una comunidad religiosa y el principio de autodeterminación nacional, que es un derecho universal, no está justificado en el caso de los Judios.

Por esta razón, la percepción Palestina sobre Israel es similar a la que se relaciona al caso Argelia – país Arabe que expulsó a los colonialistas extranjeros; Es por eso que Israel no aparece en los mapas en los libros escolares Palestinos. Por esta razón, la insistencia oficial Palestina – de Abbas, Saeb Erekat, etc – de no reconocer de ninguna manera a Israel como un Estado Judío. Para la posición palestina, Israel es una entidad ilegítima, punible de desaparecer del mundo.

Una de las manifestaciones de la brecha entre la percepción Palestina y la Israeli también se puede ver en la diferencia notable en el lenguaje diplomático de ambas partes, cuando se refieren a los dos países. La versión Israelí habla de «una solución de dos estados» y, a veces agregamos «junto a un Estado-nación Palestino, un Estado-nación Judío.» La lengua Palestina habla sólo de «solución de dos Estados», nunca «dos estados para dos pueblos». Obviamente, si los Judios no son una nación, no hay derecho a la existencia de un «Estado Judío».

Esta es también la razón real por la que hasta ahora el público Palestino no lamenta el rechazo de la decisión de la ONU para la partición del país en 1947. Por lo que sé – y estaré feliz si resulta que yo estoy equivocado – el público Palestino no ha mantenido hasta este día una discusión seria sobre el rechazo del plan de partición: Hay un sin-número de debates sobre el fracaso de los árabes militares en 1947-1948, pero aún no ha sido encontrado un líder o pensador Palestinos que digan con la boca llena que la decisión de rechazar el plan de partición e ir a la guerra no estaba justificada ni política ni moralmente. Hasta el día de hoy no se atrevió ningun político o intelectual Palestino, a admitir que si los Palestinos hubieran aceptado el plan de partición se hubiera establecido en mayo 1948 un Estado ‘Arabe» (mayoritariamente Palestino) en algunas zonas de la Palestina del Mandato y no serian refugiados. Es más fácil ignorar la responsabilidad moral de los dirigentes Palestinos que llevó a ellos a la catástrofe.

No es sólo una cuestión de debate histórico o narrativo: si la opinión prevaleciente entre los Palestinos es que Israel no es un estado legítimo basado en el derecho de un pueblo a la libre determinación, al ser imperialista, no habra fin al conflicto por intermedio de un «compromiso» entre las partes. La mayoría de los Israelíes creen que el conflicto es esencialmente territorial, y por lo tanto la disposición territorial de volver a las fronteras de 1967, la eliminación de los asentamientos, y un compromiso sobre Jerusalén, – son la clave para resolver el conflicto. El comportamiento Palestino durante las negociaciones en Camp David, con Arafat y luego las conversaciones entre Abbas y Olmert, demuestran que se trata de algo más profundo. Incluso lo es la declaración de Abbas de que el movimiento Palestino no puede renunciar al derecho de retorno, ya que es un «derecho individual» de todos los refugiados Palestinos o sus descendientes. Incluso si sera superado el aspecto territorial, el conflicto continuará y sangrara. Esta es también la razón por la que Abbas se niega a seguir la tradición del presidente egipcio Anwar Sadat y visitar la Knesset (el Parlamento Israeli). Sería renunciar a la soberanía Palestina y el reconocimiento de la legitimidad de Israel.

Soy consciente de que para quien pertenece al campo moderado en Israel, que reconoce el derecho de los Palestinos a la autodeterminación, que se opone a los asentamientos y cree en una solución de dos Estados, es difícil aceptar que, básicamente, los Palestinos rechazan el derecho de Israel a existir. Pero no hay escapatoria de ocuparse de un tema en el que aún «sin rendirse a la realidad y aceptar el status quo existente»,no hay lo que hacer… «.

Existen conflictos internacionales de los que se puede aprender hoy en día, y es lamentable que la mayoría de los Israelíes que participamos en los debates internos no lo hacemos. Los conflictos nacionales en Chipre, Kosovo, Bosnia e incluso el distante conflicto de Cachemira tienen similitudes sorprendentes: todos tienen un componente territorial – la ocupación turca del norte de Chipre, la percepción de los serbios que Kosovo es parte de su patria histórica, la dimensión territorial del conflicto entre los movimientos nacionales en Bosnia, la ocupación india de partes de Cachemira. En todos esos conflictos no sólo discuten sobre el territorio, sino que en esos conflictos entre movimientos nacionales suele ser una de las partes no reconocer el derecho a la autodeterminación del otro. En todas las disputas se incluyen relatos y recuerdos históricos conflictivos y concepciones en conflicto sobre la soberanía, la ocupación, la limpieza étnica, y la resistencia a la ocupación. Estos conflictos no son religiosos, pero en cada uno de ellos existe una dimensión religiosa relacionadas con lugares considerados sagrados.

Esta combinación da como resultado que hasta ahora no existe una solución a ninguno de estos conflictos, incluso después de décadas de esfuerzos internacionales sinceros, a veces ingenuos, en busqueda de soluciones:El Plan Annan respecto a Chipre, el acuerdo de Dayton sobre Bosnia y similares. Estos programas se han centrado principalmente en el aspecto territorial del conflicto, pero para las capas profundas y menos materiales no existe una solución, a pesar de que se han encontrado algunas maneras de reducir el nivel de violencia.

Israel está interesado en perpetuar la situación existente, y la política de Netanyahu muestra el objetivo mismo: evitar la transferencia de territorio al control Palestino y evitar – o retrasar en lo posible – el establecimiento de un Estado Palestino. Están equivocados quienes piensan que Netanyahu está interesado sólo en su supervivencia personal(Después de todo, es lo que los políticos hacen): El ve a su politica como un objetivo nacional y todas suss acciones (incluyendo la discusion sobre el programa nuclear de Irán, una cuestión en el que no se dará por vencido, incluso si él no tenía ninguna intención de atacar a Irán) estan dirigidos a «distraer» la cuestión Palestina.

La oposición en el campo sionista, no ofrece una alternativa a esta política. El líder opositor Yitzhak Herzog tiene derecho a reclamar una y otra vez que se deben renovar las negociaciones con los Palestinos, pero no tiene un programa político. ¿Cree el que si el gobierno de Netanyahu volverá a la mesa de negociaciones, el resultado será un acuerdo basado en el principio de dos estados? Por otra parte, si Herzog fuera el primer ministro, y volveria a la mesa de negociaciones, el ofreceria a los Palestinos lo que Barak ofreció en Camp David? Lo que hablo Olmert con Abbas? Los Palestinos rechazaron la oferta israelí en ambos casos. La idea de muchos (comprensible) de adoptar la iniciativa de la Liga Árabe (2002) no resiste la prueba de la realidad: Cuando el mundo Arabe se está desmoronando y al menos cuatro países árabes se encuentran en proceso de desintegración y no funcionan, mientras que la Liga Árabe es una farsa, incluso si hay una buena razón para promover la iniciativa en sí, no va a ser esa la solución al conflicto Israeli-Palestino.

Vale la pena que Herzog diga cosas diferentes, que requieren pensamiento creativo y valentía política. Él tiene que decir que se tiene que volver a la mesa de negociaciones y que la solución debe ser «dos Estados para dos Pueblos». No menos que ello.
Dada la conciencia de la dificultad de alcanzar un acuerdo de este tipo ahora, Israel debe tomar algunas medidas que pueden facilitar el logro del futuro acuerdo y el gobierno encabezado por Netaniahu puede promover, entre otros, los siguientes pasos:

• El cese completo de la construcción en los asentamientos y la evacuación de los asentamientos ilegales de acuerdo con los compromisos de los gobiernos anteriores.

• La evacuacion voluntaria de algunos puntos de colonizacion y la «no construccion» de nuevos edificios Judios en Jerusalén Este.

• El estímulo de la inversión internacional en Cisjordania.

• La eliminación del resto del bloqueo de la Franja de Gaza y la creación de un mecanismo en cooperación con Egipto y la UE, para controlar el movimiento de bienes y personas hacia y desde Gaza.

Todas estas medidas están encaminadas a demostrar que Israel tiene buenas intenciones, pero no puede esperar al Godot Palestino.

Soy consciente de que estas no son pasos fáciles: Por un lado, no traeran a una solución permanente, en cambio despertarán oposición en la «derecha» en el propio Israel. Pero son una alternativa real a la situación actual, aunque sea parcial y problemática.La oposicion de «izquierda»en Israel puede formar un gran y significativo apoyo al Gobierno. A lo mejor tambien esto sera insuficiente para llegar de nuevo a la mesa de negociaciones. Se trata de una fórmula que ya hemos estado tratado de adelantarla durante más de dos décadas, y cuando los gobiernos moderados encabezados por Barak y Olmert intentaron este camino no han logrado nada – y no sólo por culpa de Israel. Es difícil admitirlo, pero es verdad: los que quieren ignorarlo y prefieren echar toda la culpa a la política de Israel, llegan a un punto ciego. La negativa Palestina era la madre de todos los pecados en la epoca de la Independencia, y sigue siendo un obstáculo para un Acuerdo de Paz genuino hoy.

No hay más remedio que reconocer que en este momento no hay ninguna posibilidad de un acuerdo negociado. Esta conclusión pesimista es importante para la oposición y su líder. Reconocerla significa ofrecer alternativas que no tienen que «resolver» el conflicto, sino que tienen los dones que posiblemente podrían llevar a los dos lados a cierta reconciliación histórica. Es difícil admitirlo, pero la oposicion tiene que hacerlo.
La alternativa a estrategias creativas para salir de la situación actual es poner en peligro la existencia de Israel como Estado judío y democrático».

P.D. Hasta aqui el articulo de Avineri. A mi parecer, tiene «mucha razon»…pero no tiene «toda la razon»…
Agregare que Avineri es una persona muy inteligente, pero de alguna manera, esta «atado» por sus «anteojos ideologicos». Desde su ubicacion en el «centro-izquierda» Avineri «devuelve al escenario» propuestas que ya se han «estrellado» contra la cruda realidad.

La negativa Palestina (a pesar de la cual, segun Avineri, en algun momento los llevara a que hayan negociaciones serias) no sera «menor» porque alguien deje de construir asentamientos en forma «unilateral»…por lo contrario, en un caso como ese, los Palestinos se diran a si mismos…»si hemos conseguido con nuestra negativa a que haya negociaciones, a que los Israelies dejen de construir…porque «otorgarles un premio ahora? Sigamos negandonos, y ellos haran otro paso hacia nosotros…».

En la misma forma, en relacion a Gaza…Egipto no esta capacitado para «controlar a Gaza» cuando muchos de sus soldados «simpatizan» con los Hermanos Musulmanes que gobiernan en Gaza con el nombre de Hamas. La EU misma no esta capacitada para evitar la entrada masiva de inmigrantes ilegales a su propio territorio…como va a «controlar a Gaza»?

Y asi sucesivamente.. tambien en el tema Jerusalem…suponiendo que Israel dejara de construir en Jerusalem Oriental, quien controlara que, al mismo tiempo, los Palestinos no sigan construyendo en esos mismos barrios? Despues de todo, ese lugar «esta en disputa» y nadie ha fijado que «pertenece solamente a los Palestinos». Entonces, porque solo Israel dejara de construir? Quien «controlara» que no haya construccion Palestina? la EU?

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Autor

Shimshon Zamir

Nacido en Argentina. Vive en Israel desde 1972. Casado... tres hijas... 8 nietos. Trabajó 30 años en la industria Química Israelí, hoy pensionado. Graduado en Sociología.

Shimshon Zamir

Nacido en Argentina. Vive en Israel desde 1972.
Casado... tres hijas... 8 nietos.
Trabajó 30 años en la industria Química Israelí, hoy pensionado.
Graduado en Sociología.

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