Wasila Umaru, de 14 años, estaba más que harta. Tras haber sido forzada a casarse con un hombre de 35 años decidió cortar por lo sano, y lo envenenó con matarratas en Nigeria. De paso, y quizás sin querer, se llevó también por delante a tres amigos de su esposo que ese día compartían mesa.
Según da cuenta ‘Daily Mail‘, otros diez comensales resultaron intoxicados, aunque ya han sido dados de alta, según afirma la portavoz policial del estado de Kano, Magaji Majiya.
La menor confesó que lo hizo «porque no le amaba».
PRÁCTICA COMÚN
Los matrimonios infantiles y forzosos son una práctica común en Nigeria, sobre todo en el norte, de mayoría musulmana, donde las costumbres locales permiten este tipo de uniones.
El matrimonio forzoso afecta a 400 millones de mujeres en el mundo y se extenderá a 142 millones de niñas más durante esta década, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).