Bo Xilai,defenestrado del Politburó mientras su mujer es acusada de homicidio

Bo Xilai,defenestrado del Politburó mientras su mujer es acusada de homicidio
El secretario general del Partido Comunista en Chongqing, Bo Xilai, durante una sesión plenaria de la Asamblea Nacional Popular (ANP) en el Gran Salón del Pueblo en Pekín (China). EFE/Archivo

En un nuevo giro de tuercas de la mayor crisis política vivida en China en dos décadas, el Comité Central del Partido Comunista chino (PCCh) ha expulsado del Politburó al ex secretario de la formación en la ciudad de Chongqing, Bo Xilai, mientras su mujer está detenida como sospechosa del homicidio de un ciudadano británico cercano a la familia.

Cuando el PCCh se prepara para elegir en octubre el liderazgo del próximo decenio, la formación que gobierna China desde 1949 anunció de madrugada, a través de la agencia Xinhua, la suspensión del «camarada Bo Xilai por estar envuelto en serias violaciones de disciplina».

«La Comisión Central del Comité iniciará investigaciones del caso», matizó el PCCh acerca de Bo, hasta hace poco flamante aspirante a convertirse el próximo otoño en uno de los nuevos líderes chinos.

Su expulsión del Politburó, el órgano de 25 miembros que gobierna China, no hace sino confirmar la crisis interna que atraviesa la potencia asiática desde que anunciase la destitución -justo un día después de la reunión anual de la Asamblea Nacional Popular- de Bo como secretario del PCCh de Chongqing (centro del país) el pasado 15 de marzo.

El conflicto político, para algunos analistas el más grave desde la matanza de Tiananmen en 1989, comenzó cuando el teniente alcalde Wang Lijun, reveló, primero en el consulado de Estados Unidos de Chengdu (próxima a Chongqing) y luego en Pekín, el lado oscuro del «modelo Bo» y aportara pruebas documentales de asesinatos presuntamente ordenados por él.

Así, mientras Wang fue destituido entonces y podría ser acusado de traición por revelar «al enemigo» (EE.UU.) secretos del PCCh, lo que conllevaría un juicio e incluso hasta podría ser condenado a muerte, el caso de Bo abre una infinidad de vías sobre las verdaderas razones que se esconden tras su defenestración.

Conocido por ser carismático y especialmente extrovertido con los medios, aunque Bo pasó cinco años en prisión por pertenecer a una familia considerada intelectual y crítica con el sistema durante la Revolución Cultural, después intentó marcar su ascenso político con la recuperación de tradiciones maoístas que le valieron el apodo de «rojo».

En ese estilo, era frecuente que fomentara el retorno de canciones revolucionarias en la calle a la vez que hacía reformas y luchaba, de la mano de Wang, contra las poderosas mafias de la zona, dedicadas desde al soborno hasta la venta de armas.

Lo más inesperado de las últimas horas ha sido la detención de la mujer de Bo, Gu Kailai, y su asistente doméstica, Zhang Xiaojun, a quienes la Policía china considera «altamente sospechosas» del homicidio de Neil Heywood, un empresario británico de 41 años hallado muerto el pasado noviembre en una habitación de hotel de Chongqing.

A pesar de que, en un principio, la policía mantuvo que la muerte de Heywood, que llevaba varios años viviendo en China y era cercano a Bo, había sido provocada por «un consumo excesivo de alcohol» y que su cuerpo había sido incinerado, ayer apuntaba a «pruebas que les señalan (a Gu y a Zhang) como altamente sospechosas».

«La mujer del camarada Bo y su hijo tuvieron un conflicto económico con Heywood que se había ido intensificando», argumentaba la Policía, de acuerdo a Xinhua, y aclaraba que ambos han sido transferidos a las autoridades judiciales.

El propio expolicía Wang también declaró, a su paso por la Embajada de EE.UU., que Heywood fue envenenado y que discutió con la esposa de Bo por un asunto de negocios.

Este suceso, que había pasado desapercibido varios meses, volvió recientemente a la luz cuando el Reino Unido solicitó a China que reabriera la investigación del empresario británico ante la sospecha de que su muerte pudiese estar vinculada a la caída en desgracia del político chino.

El estrepitoso desprestigio de Bo incluye rumores de su implicación en seis asesinatos y en escándalos de corrupción, crímenes que, de ser probados, podrían suponerle la pena de muerte, según apunta Boxun, portal de noticias chinas desde el extranjero.

Por el momento, la última decisión de Pekín sobre Bo Xilai, hijo de uno de los llamados «Ocho Inmortales» (revolucionarios cercanos a Mao Zedong en los inicios del régimen) supone su definitiva desaparición política en el país comunista a apenas seis meses de la renovación del todopoderoso Comité Central, del que saldrá el próximo presidente de China.

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Autor

Irene Ramirez

Irene Ramirez. Responsable de campañas en Grand Step. Fue redactora de Periodista Digital entre 2012 y 2013.

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