El fiscal General asegura ante el Congreso que todos los responsables "rendirán cuentas"
El jefe de la agencia tributaria de Estados Unidos, conocida como Servicio de Ingresos Internos (IRS), Steven Miller, presentó a última hora del 15 de mayo de 2013 su dimisión a raíz del escándalo del escrutinio discriminatorio sobre grupos de ideología conservadora.
Se trata de la primera víctima política en los escándalos que los últimos días están afectando a la Administración Obama.
Obama se dirigió a los ciudadanos desde la Casa Blanca en un intento por atajar las críticas hacia su Administración, inmersa también en otras crisis por el atentado en Bengasi y las acusaciones de espionaje a la agencia de noticias Associated Press.
El presidente estadounidense anunció que Miller había presentado su dimisión después de que esta fuera solicitada directamente por el secretario del Tesoro, Jack Lew, de quien depende orgánicamente.
Con duras palabras, Obama comentó que la conducta del IRS era «inexcusable».
«Los estadounidenses tienen derecho a estar enfadados, y yo también lo estoy«, dijo sobre las revelaciones de que en la revisión sobre entidades que pedían estar exentas de tributación, el IRS había puesto mayor escrutinio sobre aquellas cuya denominación incluía «Tea Party» o «Patriot» o cuyo ideario es contrario al de la Administración Obama.
EL INFORME
Un informe de la oficina del Inspector Genera del Departamento del Tesoro concluyó que el IRS utilizó un «criterio inapropiado» para seleccionar a los grupos conservadores que solicitaban un estatus exento de impuestos.
Empleados del IRS singularizaron a organizaciones derechistas para realizar una revisión más estricta de lo habitual a sus solicitudes para ser considerados grupos no lucrativos exentos del pago de impuestos.
El procurador de Justicia Eric Holder anunció por su parte una investigación, en coordinación con Oficina Federal de Investigaciones (FBI), para determinar si los empleados violaron la ley al singularizar la situación fiscal de grupos derechistas.
El IRS, el organismo recolector de impuestos en Estados Unidos, se disculpó públicamente el viernes luego de revelarse que una política selectiva en los últimos años.
Funcionarios del IRS insistieron que las auditorías a los grupos de derecha no respondieron a una petición de la Casa Blanca sino a una decisión de empleados de nivel medio de una oficina en Cincinnati.
El incidente detonó críticas inmediatas del liderazgo del Partido Republicano, el cual acusó a la administración Obama de usar al IRS con fines políticos.
Holder adelantó este miércoles que la investigación a los empleados del IRS que aplicaron criterios de impuestos más duros contra grupos conservadores, incluirá cargos criminales.
«Estoy hablando de un caso criminal. Violaciones criminales a los estatutos de derechos civiles», dijo al responder a preguntas de los legisladores en una comparecencia del Comité Judicial de la Cámara de Representantes.
Puntualizó que también existe la posibilidad de que se hayan cometido «miles de violaciones por declaraciones falsas» y señaló que la pesquisa tendrá un carácter nacional empezando por las oficinas del IRS en Washington.
El procurador ofreció informar a los legisladores cuáles recursos legales disponen las organizaciones conservadores en caso que se compruebe que fueron violados sus derechos civiles.
La perspectiva del procurador surgió luego que el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, pidió sentencias carcelarias contra los empleados del IRS responsables.
Las auditorías focalizadas conducidas del IRS contra grupos conservadores de acción política fueron más extensas de lo que inicialmente se había reportado, reveló en la víspera el diario The Washington Post.
Además de la oficina del IRS en Cincinnati, funcionarios asignados a las oficinas de Washington y dos más en California buscaron información de estos grupos relacionada a donantes y otros aspectos de sus operaciones.