Hariri pide calma ante la posibilidad de que miembros de Hezbolá sean acusados del asesinato de su padre

El primer ministro libanés, Saad Hariri, realizó hoy un llamamiento a la calma en el país ante la posible crisis sectaria que pudiera desencadenarse en el país después de que el grupo Hezbolá anunciara ayer que algunos de sus miembros serán acusados del asesinato de su padre, el ex primer ministro Rafik Hariri, en 2005.

«Hay quienes temen, otros que desean, que el caso de asesinato desencadena una crisis en Líbano o una reyerta sectaria», declaró Hariri, quien denunció «intentos de organizar campañas destinadas a sembrar la confusión en la mente de los libaneses». En respuesta, el primer ministro declaró: «No hay que tener miedo. Llamamos a la calma», en declaraciones recogidas por la cadena panárabe Al Yazira.

Ayer, el máximo dirigente de Hezbolá, Hasan Nasralá, informó de que varios miembros serán implicados en el magnicidio de Hariri, ocurrido en 2005, en el proceso judicial que está desarrollando el Tribunal Especial de Naciones Unidas. Para atenuar la relación con el grupo, serán presentados como «elementos indisciplinados o renegados».

Algunas informaciones han apuntado a que la acusación podría derivar en un conflicto armado, pero Nasralá negó que Hezbolá vaya a empezar una guerra contra Israel para desviar la atención. Asimismo, también negó que entre los imputados vaya a haber ciudadanos sirios, pese a que la versión que sitúa a Siria entre los instigadores del magnicidio, en el que además de Rafik Hariri murieron otras 22 personas.

Damasco, que retiró sus fuerzas del país después del accidente, siempre ha negado toda relación.

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