No más Mentiras

Antonio García Fuentes

Armamento para matar y destruir o para chatarra

Armamento para matar y destruir o para chatarra

De nuevo se nos quiere mentalizar que el armamento es crucial o primordial para que el hombre esté seguro y avance o progrese; pero la realidad es que el armamento es el mayor negocio de esta mierda de mundo y quienes lo fabrican y poseen en enormes cantidades, simplemente tienen que fomentar la guerra para que sus fábricas no paren de producir; mientras ellos mueven todos los “hilos” para que todos les compren sus sobrantes de armamento; puesto que “los últimos modelos o avanzados en técnica para matar”, esos no se los venderán a nadie. Ya hasta los que se dicen “socialistas en España” y desde el gobierno, van a emprender campañas para mentalizarnos que, “hay que comprar armamento”.


¿Qué la guerra es un negocio enorme? Simplemente analizando lo que el canalla de Vladimir Putin, ha liado, con su ambición de conquistar para él Ucrania (“como nuevo zar o dueño de todas las Rusias”) queda claro, el enorme negocio que representa; y del que se están aprovechando “todos los demás”; simplemente analizando las noticias que nos dan, lo entendería, “el más tonto de los mortales”; y pese que los entresijos o “interiores de esa guerra”, no los cuentan y se ocultan; pero en esa guerra como en todas, se deben estar cometiendo, todas las atrocidades que producen y padecen, los “protagonistas, voluntarios o forzados a ello”, o sea los seres humanos, de todas las edades, incluyendo los miles y miles, que teniendo que dejarlo todo, han tenido que salir huyendo hacia donde han podido o les han dejado; lo que les obliga a iniciar “una nueva vida”, que como es fácil imaginar no va a ser, “de rositas o de camino de rosas”, sino de vete a saber que esfuerzos, sacrificios, e incluso humillaciones de todo tipo van a tener que soportar; mientras los instigadores y los que se siguen enriqueciendo hasta grados asquerosos, fingen escenificando palabras y hechos, que los ridiculizan y degradan cada vez más; puesto que el progreso no llegará nunca, bajo el continuo crecimiento del armamento y las guerras, que todas son provocadas, pues reitero, son negocios, pero grandes o grandísimos NEGOCIOS.
Como víctima de una horrible guerra (lo he referido muchas veces y lo seguiré contando cada vez que sea menester) puedo valorar ello con la máxima crudeza que otra cualquier víctima de cualquier otra guerra; y ya en diciembre de 1985 escribí un poema que titulé “GUERRA A LA GUERRA”, y el que está en mi libro (“Pensando en… Andalucía (1986) libro agotado y del que puede haber ejemplares en bibliotecas públicas o “librerías de viejo”; también creo que lo tengo en mi Web, en POEMAS); Yo hoy les ofrezco sólo sus inicios:

¿Por qué no se acaba la guerra?
Aquel iluso preguntó…
Y nadie le contestó…
¡Pues quién acaba con la guerra!

¿Y si muriera quién la provoca?
-volvió a preguntar aquel loco.
Dijéronle a él… pues
¿Quién quita la horca al que ahorca?

La guerra está señalada en el Apocalipsis, como uno de sus cuatro terribles y destructivos, “jinetes” bíblicos, y sin embargo, “los hipócritas, se montan hasta en las religiones para hacer cabalgar esas plagas, mientras ellos, quedan resguardados y bien resguardados, para que ni les molesten, “los hedores”.


Hoy más que esos ejércitos monstruosos y costosísimos, se necesitan en todo el planeta, “otros tipos de EJÉRCITO”; que si bien admito que una parte del mismo lleve armamento, para casos concretos, pero el fuerte de esos modernos ejércitos, deben ser otro tipo de “máquinas, hombres (mujeres también) y utillajes para guerrear contra otras fuerzas que nos asolan”; como por ejemplo, los incendios enormes que sufre el planeta, sencillamente porque no se combaten los motivos que los provocan y se previenen, para lo que se necesitan, verdaderos, “jefes, capitanes y subalternos pero perfectamente capacitados para esas guerras”; o las otras, de limpiar cauces de ríos, playas y mares, catástrofes naturales, como pueden ser terremotos, maremotos, erupciones volcánicas, inundaciones, corrimientos de tierras, y todo lo que de “guerra natural”; soporta el ser humano, constantemente; para eso y muchas cosas similares, es para lo que son necesarios, verdaderos ejércitos y fuerzas armadas, para edificar un mundo mejor y no el que tenemos, desde siempre, y hoy hasta con fuerzas para destruirnos totalmente.


Así es que menos tanques y cañones y más maquinarias y auxiliares, para las verdaderas armas, para defendernos de “esas guerras que no podemos evitar, por cuanto están fuera de control y somos juguetes de la Naturaleza”; todo lo demás es mentira; y lo que hay que hacer es seguir el camino que ya Costa Rica inició en 1948… “El 1 de diciembre de 1948, Costa Rica, un país que acababa de salir de una breve pero sangrienta revolución, daba un insólito paso de avance en el camino de la convivencia civilizada al decidir —por decreto del gobierno provisional, encabezado por José Figueres Ferrer— la disolución del Ejército. Era una medida audaz, e incluso temeraria, en vista de las amenazas —internas y externas— que enfrentaba el nuevo régimen, pero Figueres creyó que ese riesgo valía la pena. La proclama que leyó ese día desde el cuartel de Buenavista, sede actual del Museo Nacional, decía en su segundo párrafo: La Junta Fundadora de la Segunda República declara oficialmente disuelto el Ejército Nacional, por considerar suficiente para la seguridad de nuestro país, la existencia de un buen cuerpo de policía”.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (Aquí mucho más)

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Antonio García Fuentes

Empezó a escribir en prensa y revistas en 1975 en el “Diario Jaén”. Tiene en su haber miles de artículos publicados y, actualmente, publica incluso en Estados Unidos. Tiene también una docena de libros publicados, el primero escrito en 1.965, otros tantos sin publicar y mucho material escrito y archivado. Ha pronunciado conferencias, charlas y coloquios y otras actividades similares.

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