¡CUÁNTA MIERDA EN LA ESCULTURA!
Siendo joven tuve novio.
No llegamos a casarnos
Ni tampoco a desfogarnos.
Él se prendó de un microbio
Y yo me quedé sin novio.
Tras su muerte prematura,
Consideré la aventura
Y a trabajar vine a Roma:
Posa y caga una paloma;
Finjo bien ser escultura.
Edurne Gotor, “Metonimia”
Ángel Sáez García
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