El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

Misiva a Isis, mi musa tinerfeña (7)

MISIVA A ISIS, MI MUSA TINERFEÑA (7)

Dilecta Isis:

Te hacía de vacaciones ya por donde tú sabes (evito mencionar el destino de tu viaje, para que nadie pueda identificarte). Habían pasado varios días sin recibir noticias tuyas y yo había colegido lo que era verosímil, pero no cierto, que vacacionabas.

Evidentemente, no me mandaste nada de lo que hubieras guardado antes en un borrador. Acaso, como deduces tú, por tu cuenta y riesgo, lo eliminaste.

Celebro que estés bien (aunque hayas tenido que tomar antipiréticos y  antibiótico para vencer la fiebre y esas placas que se instalaron en tu garganta, aprovechando el resquicio que habías dejado para que ellas hallaran amparo allí). Está claro que podemos creer lo creíble, pero seremos unos ilusos si nos tragamos, y con más razón aún si lo hacemos sin poner objeciones, lo increíble. Lo del “Inspector de Hacienda” que cuentas suena a cuento chino, pues es, a todas luces, inverosímil. Con esa moto podrías haber venido, sí, si fuera híbrida y hubiera gasolineras en mar abierto, hasta Tudela, sin duda. Me consta que la expresión latina “Vade retro, Satanás (sin la tilde que le he puesto de más, claro)” te gusta, porque otrora la usaste.

Hay que desear siempre al otro lo mejor, se crea lo que se crea (hay quien cree en la ley del karma y, por tanto, que todo el bien/mal que hagas, tarde o temprano, te volverá o vendrá). Yo prefiero hacerlo porque eso me llena y satisface; lo contrario, está claro, no. A veces me pregunto por qué no hago más bien, si coronarlo o culminarlo me llena de dicha. Con más razón deseo lo mejor a tu retoño, que, dado el descontrol sanitario que padecemos, de vez en cuando o de cuando en vez, en España, podría haber devenido en un pequeño licántropo.

¿Tu viaje va a durar dos semanas? ¡Menudas vacaciones! Que las disfrutéis a tope es mi confianza, deseo y esperanza.

A mí me gustaba mucho la Navidad, pero, a los dieciséis años (mi hermano José Javier murió el día de la Natividad del Señor de 1978; pronto hará 41 años), empecé a cogerle una tirria de aúpa. Con razón, pues había acaecido un hecho luctuoso, crucial, que motivó mi ojeriza hacia ella.

He estado haciendo lo habitual; y leer y escribir (asiduas tareas en mí, autoimpuestas, porque me brindan los momentos de felicidad que no tengo u obtengo por otros cauces). Con los primeros correos que te mandé he compuesto las dos primeras misivas, que ya he subido a mi blog y publicaré en enero. Luego te mandaré la segunda en otro envío para ver qué te parece.

El sábado pasado, 31 de agosto, estuve en la boda de Jorge, hijo de mi prima Piedad (de Cabretón) y Vanessa, en la zona Chic de Castejón. Me recogieron con su coche mi hermano Eusebio y mi cuñada María José donde habíamos quedado, en la esquina del cine “Moncayo”, a las doce del mediodía, y allí me dejaron, a la vuelta, a las diez de la noche. Hacía mucho tiempo que no bailaba (si es bailar o se le puede llamar así a lo que yo hice, claro, moverme lo mejor que pude al son o ritmo de la música). Me lo pasé estupendamente, meteoróloga.

Te manda otro abrazo de las mismas características, sincero, sentido, benefactor (junto con los dos inexcusables ósculos para Marimar, por supuesto) quien sigue prendado de tu arrolladora persona(lidad) y es fiel y leal con las mujeres que lo mejoran,

   Ángel Sáez García

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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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