El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

Que sea tu actitud modelo humano

QUE SEA TU ACTITUD MODELO HUMANO

¿EL ÉXITO? ¡UN ROSARIO DE FRACASOS!

“Obra de tal manera que tu forma de actuar se convierta en ley universal”, recomendaba Immanuel Kant en su imperativo categórico; o sea, compórtate de tal modo que tu proceder devenga en un modelo de actitud vital, no solo para ti, sino para toda la humanidad.

Hoy, gracias a las redes sociales, hay tantos epígonos, fans o seguidores de verdaderos descerebrados que el imperativo susodicho parece haberse dejado caer o perdido por el matritense callejón del Gato de principios del siglo XX y, tras haberse puesto delante de algunos de los espejos cóncavos allí existentes y verse reflejado en ellos, ha devenido en (otro) esperpento.

Está claro, como el agua cristalina, que algunos sueños se cumplen y, asimismo, que una persona sin ilusiones que coronar o llevar a cabo, sin deseos que culminar o ver realizados, es un congénere o prójimo muerto. Ahora bien, el sueño que tiene tu referente no tiene por qué ser el mismo que tienes tú. ¿O acaso tú eres o te ves incapaz de tener tus propios sueños? Si es así, lo siento, pero no lamento tener que decirte qué pienso al respecto, sin sentir por ello un ápice o pizca de alipori, vergüenza ajena, o tormento, que detesto tu existencia vicaria, falta de criterio.

Hay quien suele iterar hasta el hartazgo la cantilena o cantinela de que conviene no desear algo porque puede que eso se convierta en una realidad que, tal vez, luego no sepas gestionar oportuna y correctamente. Imaginemos que ese sueño (común, generalizado) es, verbigracia, convertirme en un multimillonario de la noche a la mañana, tras tener un golpe de suerte, al acertar la combinación numérica ganadora en el juego de Euromillones. Si un día me acaece y alcanza ese milagro o rayo, seguramente constataré ese hecho, que no estoy preparado para sacarle el máximo partido o provecho a esa millonada, pero tendré el tiempo y el dinero necesarios para contratar los servicios de quien sí lo esté y, para evitar un desastre, que este caiga en la tentación de comportarse como no debe, de otro que supervise el trabajo del primero para correr, de esta guisa, los mínimos riesgos posibles.

Hay quien dice que es mejor no desear que hacerlo, porque desear puede cursar con fracaso o frustración, o sea, derivar en dolor o sufrimiento. Considero que es mejor intentarlo y fracasar que no hacerse a la mar o zarpar por no naufragar. El verdadero fracasado es el que nada intenta. El éxito acaso no sea más que un rosario de fracasos o, tal vez, el mismo fracaso que cambia de repente de rumbo. Y es que, como dijo y dejó escrito en letras de molde Publio Virgilio Marón en la “Eneida”, “Audentes Fortuna iuvat” (“A los osados sonríe la Fortuna”).

   Ángel Sáez García

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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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