CUANDO ADORMECE A QUIEN ESTÁ EN LA CUNA
A un bebé que no tuvo culpa alguna
Le tocó padecer la pesadilla
Que ideó un hacedor junto a la orilla
De una extensa y pacífica laguna.
A quien nombró Selene, por la luna,
A su hija primogénita le brilla
Su mirada marrón, como la arcilla,
Cuando adormece a quien está en la cuna.
Cuánto a Selene oír le complacía
De su progenitor la dicción clara.
Ausente estaba la presencia cara
De quien murió, qué horror, y ella nacía.
Que una contradicción es la existencia
Selene aprendió pronto, en su inocencia.
Ángel Sáez García