Veo que al blandito fra.casado lo traiciona el intestino y anda en plan que se va de vareta y por la pata abajo dando por buena la respuesta de Ayuso a sus insidias de cuando iba de apóstol anticorrupción, real o delirada. Y así de maltrecho anda el mozo ahora que el asunto no tiene ya remedio: ni él puede seguir siendo presidente y candidato ni él y Ayuso caben a la vez en el PP, así que el cisma es inevitable. Pero en un último esfuerzo para no abandonar sus sueños de ser investido presidente del gobierno –imagínate, cari, tú y yo en la Moncloa…-, quiere dos imposibles: aguantar hasta julio terminando así la entrega a Vox con armas y bagajes, y salvarle el culo al ejecutor Teodoro, el Sejano del PP al que ahora le toca estrangulamiento, arrastre de despojos y lo que quede al río para poner a los peces gordos como culebras. La respuesta está en boca de todos: lo que hasta hace unos días pudo ser, hoy ya no puede ser.

Han ido demasiado lejos en la persecución de sus obsesiones de macho pecholobo hacia “la muchacha esa”. Han pisoteado los derechos que asisten a cualquier delincuente -¿qué no harían en el gobierno?-, no diré a una persona cualquiera sino a una compañera que preside una comunidad autónoma y no tiene antecedentes ni en el nivel de sospecha. Fue Casado, cogido con dogal por Teodoro, quien estuvo en televisión echando sapos y culebras contra Ayuso como persona “no ejemplar”. Bien: recetas de sopa de sapos y culebras hay a montones en la red, y si no que le pregunten a Harry Potter. Pero que empiecen ya a cocinar y tragar o acabarán descubriendo por dónde le van a administrar la grandeza sus verdugos.

Nadie ha causado tanto daño al PP y a sus confiados votantes -que huyen despavoridos a votar a Vox ante el espectáculo bochornoso- como se lo han hecho Pablo y Teodoro en su acometida salvaje e insensata para destruir a Isabel Ayuso. Aunque se vayan con ignominia, que ni siquiera eso es seguro, el PP, en el estado en que lo dejan, no puede ser ya quien lidere la defenestración de perrosánchez y el rescate de España de quienes la han puesto en almoneda para sostenerse en el poder, el despilfarro y el más indecente clientelismo de corte feudal. Y no habiendo ya un partido medio centrado –Cs dio la cara como rata traidora al servicio del perro-, sólo queda Vox. O eso o que se forme un partido regionalista por provincia y fragmentamos el voto hasta que las coaliciones sumen más grupos que músicos tiene una sinfónica. Divertido sí que sería… Aunque más serio sería que el PP remontara en el año que les queda hasta las autonómicas y volvamos todos a la tranquilidad de las aguas mansas.

Fra.casado tiene miedo de los secretos que recopiló y custodia Teodoro, que morirá matando siguiendo el consejo de su director espiritual en una charla fraterna que seguro que han tenido ya: Jesús nos llamó a ser hermanos, no primos (Monse), y de aquí que me echen si se atreven, que van a saber lo que es información destructiva hábilmente dosificada. El opus no suelta una presa trabada y desangrándose, y lo hace siempre con testaferro de por medio; como la CIA: te encargan la misión y te dicen que si caes estarás solo porque ellos nunca darán la cara por ti. Ya se lo hicieron al juez Ferrín Calamita, que tome nota Teodoro porque aquí el testaferro es él, el gran jupehuesos. Él, que utiliza como marcapáginas de Camino un billete de quinientos euros, piensa que la secretaría general es suya y que si alguien se tiene que ir ése es Casado. Y en plan chulo de uno de esos tugurios donde es navidad todos los días –por lo de las luces de colorines y las pastorcitas-, se atreve a llamar a Feijóo, un hombre serio y decente, “miss Galicia”, transmitiendo así lo que verdaderamente piensa sobre todo lo que no sea Cieza, por cateto, y Madrid, por ambicioso. Un prenda el tal Teodoro. Feijóo triunfara sobre él porque no hay color entre él y Zipi y Zape juntos.

Iban de listos pero ahí les patinan las neuronas y se les van por el desagüe mayor: se tienen que ir los dos. Y cuanto antes mejor. Preferiblemente que salga primero Teodoro, echado al lodo con cajas destempladas, y ese será el último servicio de Casado a su partido. Y luego dimitirá si le queda un asomo de vergüenza, como dimitiría perrosánchez si conociera la decencia.

Esta última parte que la haga Casado por estética y por el bien del país, no sólo por el PP y sus votantes.