Si esto fuera una tesis doctoral como la del perro, que quiso convencernos de que nos gobernaba un doctor –doctor cum fraude-, y no el mindudi que ha acreditado ser, habría que empezar por el obligado traslado de restos y citar a cuantos autores le vaticinamos desde Periodista Digital y la prensa no apesebrada que sus ansias de poder lo ponían en manos de golpistas delirantes y, peor, en manos de los herederos de ETA, a ninguno de los cuales está la sociedad española dispuesta a perdonarles ni el tejerazo de 2017 ni los centenares de asesinados que nos costó acabar con el homicida delirio euskaldún.
Siendo él indecente quería un palacio y los signos de poder de la más indecente casta, y decidió pagárselo con nuestro dinero mientras pudo, pero hoy hasta sus cómplices en la fechoría han alcanzado el punto de no retorno: los golpistas catalanes que se tragaron a pie enjuto la prisión de sus delincuentes más conspicuos, cobraron en infames indultos al Judas, hoy quieren aparentar decencia fingiendo que lo del espionaje es algo por lo que no pueden pasar. ¿Que los han espiado? Como dijo una diputada: poco los han espiado para lo que se merecen.
Hoy mismo El Mundo lleva en portada el canguelo socialista (El PSOE advierte que el Gobierno puede entrar «en fase de agonía») tras, entre otras perrerías, enterarse de que los indultos los concedió por su propia conveniencia y no por las mezquinas excusas de concordia y diálogo que todos sabíamos falsas además de imposibles.
A lo que importa: el psoe que el perro ha degradado hasta el fango, donde se revuelca como un marrano en un bancal, reacciona tarde y mal ante el desierto que saben que tienen por delante. Como dice la cursilería mediática, el psoe tiene acreditado en el ADN la corrupción y la traición al país, que alguna vez fue respetable y él lo ha llevado del dogal hasta el lodo. Por eso Feijóo sube imparable a la vez que Vox, el partido que avergüenza a quienes tuvieron la desvergüenza de aliarse con asesinos y golpistas con tal de echar a Rajoy, que sí era un hombre decente salvo algunas cosas.
¿Ninguno de vosotros, mindundis socialistas, lo vio venir? ¿Nadie leía cuanto se publicaba con los peores vaticinios, hoy cumplidos? ¿Qué pensabais, miserables? ¿Qué los españoles nos íbamos a aquietar con una cuadrilla de traidores sin oponer resistencia? ¿Qué dejaríamos que prostituyerais las instituciones hasta disolver las libertades cívicas? Vais a perder ignominiosamente las próximas elecciones, tanto más próximas cuanto más os aprieten la soga aquéllos a quienes fiasteis el cuello a cambio de licencia para la impunidad y el saqueo de España. Y eso sin contar el impacto que tendrá en vuestras expectativas la sentencia de los ERE, que se ha pospuesto muy oportunamente para después de las elecciones andaluzas por no dar lugar a que la gente acabe echándose a la calle y os corra a garrotazos hasta echaros al mar. Vosotros, socialistas, sois los comisionistas desalmados de la gestión pública: como tantos otros dictadores sin escrúpulos, ocupáis el poder so pretexto de saneamiento y al cabo no saneáis más que vuestras cuentas corrientes y las de quienes os rinden pleitesía.
Os merecéis lo que se os viene encima. Tendréis que enterrar a quienes han dilapidado el escaso crédito que os quedó tras la avalancha de vergüenza que acompañó a Felipe González en su estrepitosa caída. Éramos nosotros quienes no merecíamos que dilapidarais el crédito tan costosamente ganado por este pobre pero noble país. Permitisteis que el traidor indecente se sentara delante de nuestra bandera puesta boca abajo por el sátrapa magrebí, dando por bueno que la nuestra era una nación vencida y humillada. Y ahora resulta que no, que España, como París en su día contra la ocupación nazi, se alza dispuesta echar a los usurpadores. Como la admirable Ucrania, el coraje cívico de los españoles se levanta contra la infamia y vosotros, socialistas, que echasteis a patadas al perro una vez, habéis acreditado vuestra cobardía permitiendo los excesos de quien no es más que un tirano. Guapito, sí, pero un tirano acreditado. Y ahora vais camino de pagarlas todas juntas. Los abucheos que cosecha perrosánchez los recogeréis vosotros en las urnas. Y algunos ante los jueces, esos a los que tanto habéis ofendido gratuitamente.
Que el diablo os lleve, malnacidos.
