Artículo de opinión

Opinión: Comienza el mundial elecciones 2024 

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Nuestro Mundial

En Venezuela queremos un mundial. La posibilidad de que un equipo distinto al actual, dirija el país. 

PSUV, juega en casa y no menosprecio a su fanaticada. Equivocada, enferma, engañada, la tiene.

El mejor equipo es el del PSUV y no porque juegue bien, sino que han entendido perfectamente la naturaleza del deporte político.

Hay un Director Técnico y unos asistentes, coherentes en la estrategia, en los medios a utilizar.

A pesar de todas las críticas sobre la realización del Mundial en Qatar, Venezuela y el resto del mundo, salvo raras excepciones, viven el ambiente, en la fiebre del fútbol.

Muchos aprovechan a darle rienda suelta a la ludopatía que sufren y otros como una manera de olvidar la cruel realidad del país, porque a pesar de los comentarios tras bastidores, el deporte es real, auténtico, aunque doloroso muchas veces.

El fútbol les ayuda a muchos a matar el hambre, a olvidar las penas y disfrutar las alegrías y a entretenerse.

La pasión deportiva de hoy no es ni la cuarta parte de la vivida hace unos años.

Para una parte de la población, los que no sufren ni padecen por la crisis económica, sigue igual.

Otros ven el arbitraje. La seguridad en el estadio y de paso el CNE-VAR también está a su merced.

Quien vaya a enfrentarlos necesita más que un buen equipo, un grupo de jugadores hilvanados, coherentes.

Lo importante es ganar. No lucirse. Al pueblo no le interesa el que “juega bonito”, sino el que hace los “goles”.

¿Cuál es el problema?

Los jugadores políticos tienen la técnica, la fuerza, la capacidad física y la preparación para ganar, entonces ¿Por qué no ganan?

Quizá haya algunos que no juegan a ganar, sino a mantenerse en el equipo. Ese es un negocio.

Aún perdiendo se gana, siempre y cuando se mantenga el juego.

Como sucedió en Qatar y en otros eventos, hay denuncias de “compras de jugadores”. En América las Federaciones de Fútbol han sido parte de una serie de denuncias de corrupción, de complicidad, de compra y venta de árbitros, etcétera.

¿Aún así se debe jugar?

Si los jugadores de la oposición logran una unidad afectiva más que efectiva, se puede lograr.

Se dice fácil pero no lo es. Es más yo creo que no se logrará pero sería el primero en alegrarse si así sucediera.

Cuando un equipo es bueno. Realmente bueno. Puede derrotar al “arbitraje vendido”, al VAR manejado por el CNE, a la seguridad de unas fuerzas armadas chavistas.

Para ellos debe haber además de unidad, una “igualación” en los actores.

No tiene sentido seguir con un gobierno interino que es realmente de “internet”, con una asamblea nacional que funciona a través de un chat de whatsapp. Simple ¿O se es gobierno o se es oposición?

Previo al juego, se  pueden hacer muchas cosas para garantizar a la afición un buen espectáculo.

Liberación de presos, desaparición de la censura, observación internacional seria, entre otras.

Reitero, nada de eso servirá sin la unidad verdadera.

Les confieso, yo no quisiera ese equipo. No veo jugadores “crack”, expertos en hacer goles y la banca está peor, jóvenes que han sido menos  ejemplo que la vieja guardia. Empero, es lo que tenemos.

Habrá expulsiones, tarjetas amarillas, rojas, no las tienen fácil. Si son capaces de ponerse de acuerdo en quienes jugarán, en quien dirigiran, sería un triunfo superior al de Qatar.

Los aficionados que estamos fuera tenemos que saber interpretar y entender. No es fácil vivir en Venezuela.

Los que están allá tienen la pelota. Hay claridad de la cancha.

Lo grave es que no tenemos un equipo, sino varios, disímiles, orientados por intereses distintos, cada uno jugando su propia estrategía.

No tenemos ni siquiera fecha del encuentro, si habrá o no VAR, quienes serán los árbitros. De darse el juego sabemos que el estadio será Venezuela. Es lo único garantizado.

Tenemos derecho a buscar un auténtico equipo, con genuinos jugadores, sin dejar el realismo político de entender lo que hay.

Para ganar el equipo PSUV se vale de cualquier estrategia. Mientras nos entretenemos en el mundial, en el presunto diálogo, ellos avanzan hacía ideologías atrasadas y superadas en el mundo moderno como las “comunas”, aprobadas en la Asamblea Nacional del 2020. Más armas para el control de la sociedad por parte del Estado controlado por Nicolás.

Hay que atender a los que disfrutan el juego. Al menos buenas gradas, con todos los servicios.

Nos preguntamos finalmente y siguiendo el espíritu deportivo imperante en el ambiente:

¿Mañana se inicia el diálogo con los dos equipos principales que representan los intereses de los aficionados de Venezuela?

A todo evento, es el pitazo para darle inicio a nuestro juego más importante.

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