Este domingo, 8 de junio de 2025, Colombia vive horas de profunda conmoción tras el brutal atentado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, quien fue baleado mientras participaba en un acto político en la localidad bogotana de Fontibón.
El ataque, ocurrido en la tarde del sábado, ha sacudido el panorama político del país y ha revivido el fantasma de la violencia que históricamente ha manchado los procesos electorales colombianos.
Uribe Turbay, de 39 años, fue atacado alrededor de las 5:00 p.m. cuando finalizaba su intervención ante decenas de asistentes en el barrio Modelia.
Testigos relatan que un joven se acercó por detrás y disparó varias veces a quemarropa, impactando al político entre la cabeza y el cuello.
El precandidato fue trasladado inicialmente al Medical Center de Engativá y posteriormente a la Fundación Santa Fe para una intervención quirúrgica urgente.
No hace tanto que Miguel Uribe plantó cara al presidente Gustavo Petro, con una frase tremenda: «A mí no me va a intimidar como matón de barrio».
Y añadió desafiante: «El gran problema de Colombia, como lo fue el de Bogotá hace 10 años, es Gustavo Petro que es un charlatán«.
El disparo fue a quemarropa y directo a la cabeza. Es un milagro de Dios que Miguel Uribe se encuentre luchando por su vida.pic.twitter.com/QFQMOVFbtF
— Emmanuel Rincón (@EmmaRincon) June 8, 2025
Un país conmocionado
El atentado contra este prominente político de derecha ha generado una ola de condenas a nivel nacional e internacional. «La violencia nunca puede ser el camino… Sinceramente espero que Uribe esté bien y fuera de peligro», escribió la Ministra de Relaciones Exteriores de Colombia, Laura Sarabia, en sus redes sociales.
El repudio ha sido unánime desde todos los sectores políticos, evidenciando la preocupación por un posible recrudecimiento de la violencia en el marco de la campaña presidencial que apenas comienza a configurarse.
María Claudia Tarazona, esposa del senador herido, publicó un mensaje conmovedor en el que confirma la gravedad de la situación: «Miguel está luchando por su vida», expresó, mientras pedía oraciones por la recuperación de su esposo.
El estado de salud del precandidato se mantiene crítico pero estable, según los últimos reportes médicos.
Para los que dicen que no fue un petrista quien atentó contra Miguel Uribe. Solo miren su cara y su aspecto y saquen conclusiones.
PLAGA HIJUEPUTA pic.twitter.com/0qMxWx3Ikh— Adriana Martinez (@AdrianaVeterin) June 8, 2025
Un menor de edad como autor material
Uno de los aspectos más impactantes del caso es que el presunto autor material del atentado es un adolescente de apenas 15 años, quien fue capturado en el lugar de los hechos.
Videos difundidos en redes sociales muestran el momento de la detención del menor, quien habría prometido revelar detalles sobre los responsables intelectuales del ataque.
Las autoridades investigan la posible existencia de cómplices, según lo sugerido por el director de la Unidad Nacional de Protección (UNP).
El ataque no solo dejó gravemente herido a Uribe Turbay, sino que también resultaron lesionados dos civiles que se encontraban en el lugar. Las autoridades lograron incautar el arma utilizada en el atentado y avanzan en las investigaciones para esclarecer los móviles y posibles autores intelectuales.
Una familia marcada por la violencia
El atentado contra Miguel Uribe Turbay revive una dolorosa historia familiar marcada por la violencia política. Su madre, la reconocida periodista Diana Turbay, hija del expresidente Julio César Turbay Ayala, fue secuestrada por narcotraficantes y posteriormente murió tras recibir tres impactos de bala durante un operativo de rescate en Copacabana, Antioquia, a finales de enero de 1991.
Diana Turbay fue víctima del narcoterrorismo de los años 90, cuando dirigía medios como la revista Hoy X Hoy y el Noticiero Criptón. Su secuestro formó parte de la campaña de terror orquestada por «Los Extraditables», grupo de narcotraficantes que presionaban contra la extradición. Gabriel García Márquez inmortalizó este oscuro episodio en su libro «Noticia de un secuestro».
Perfil de un político en ascenso
Miguel Uribe Turbay, abogado y político de ascendencia libanesa, se ha consolidado como una figura prominente dentro del partido Centro Democrático. Su carrera política ha estado marcada por un rápido ascenso que lo posicionaba como uno de los precandidatos con mayor proyección para las próximas elecciones presidenciales.
Diez aspectos destacados sobre Miguel Uribe Turbay:
- Herencia política: Además de ser hijo de Diana Turbay, es nieto del expresidente Julio César Turbay Ayala, lo que lo convierte en heredero de una de las familias más influyentes de la política colombiana.
- Formación académica: Es abogado de profesión, con estudios especializados en administración pública.
- Juventud política: A sus 39 años, representa una nueva generación de líderes dentro del espectro conservador colombiano.
- Experiencia legislativa: Actualmente se desempeña como senador de la República, donde ha destacado por su oposición al gobierno actual.
- Trayectoria local: Antes de llegar al Senado, ocupó cargos en la administración de Bogotá, lo que le ha dado experiencia en gestión pública.
- Liderazgo dentro del uribismo: Se ha posicionado como una de las figuras más visibles del Centro Democrático, partido fundado por el expresidente Álvaro Uribe.
- Enfoque en seguridad: Ha centrado gran parte de su discurso político en temas de seguridad ciudadana y lucha contra la criminalidad.
- Actividad en redes sociales: Mantiene una presencia digital activa, utilizando plataformas para conectar con votantes jóvenes.
- Recorrido nacional: En los últimos meses ha intensificado sus visitas a diferentes regiones del país, participando en foros y eventos políticos.
- Postura económica: Defiende políticas de libre mercado y reducción de la intervención estatal en la economía.
Implicaciones para el proceso electoral
El atentado contra Uribe Turbay ocurre en un momento crítico para Colombia, cuando apenas comienzan a configurarse las candidaturas para las próximas elecciones presidenciales. Este hecho violento amenaza con empañar el proceso democrático y ha encendido las alarmas sobre la seguridad de los candidatos.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la seguridad del proceso electoral colombiano, instando al gobierno a tomar medidas efectivas para garantizar un clima de respeto y no violencia. La Fiscalía ha prometido esclarecer rápidamente los hechos, mientras la Unidad Nacional de Protección evalúa reforzar los esquemas de seguridad de figuras públicas en campaña.
Este atentado revive los fantasmas de la violencia política que ha marcado la historia reciente de Colombia, donde numerosos candidatos presidenciales como Luis Carlos Galán, Bernardo Jaramillo y Carlos Pizarro fueron asesinados en la década de los 90. La intolerancia, los odios acumulados y las redes criminales que aún operan en la sombra continúan siendo una amenaza para la democracia colombiana.
Mientras el país permanece en vilo por la evolución del estado de salud de Miguel Uribe Turbay, queda la incertidumbre sobre cómo este grave hecho de violencia afectará el clima político de cara a las elecciones presidenciales. Lo ocurrido este fin de semana en Bogotá constituye una prueba más de los desafíos que enfrenta Colombia en su búsqueda por consolidar una democracia libre de violencia.