Jesús Cacho perdona pero no olvida. Así lo hizo saber en su columna de este 25 de noviembre en VozPopuli titulada ‘Tiempo de tinieblas, oficio de perros’ en la que hace una descarnada radiografía de la prensa —la misma que lleva haciendo desde los años que escribía en El Mundo— en la que aprovecha la guerra entre Iberdrola y ACS, léase Galán y Florentino, para acusar a su ex periódico El Confidencial de ser extraño compañero de viaje del comisario Villarejo. «¿Desinteresadamente?…» deja caer como si hubiera más que turbios intereses.
Villarejo ha sido el suministrador de las grandes exclusivas de ese «periodismo de investigación» que en los últimos años ha proliferado sobre la piel de toro. Algunos de sus «discípulos» han hecho fortuna, por más que este no sea oficio para hacer amigos o para hacerse rico. Ninguno de ellos ha hecho autocrítica o ha pedido perdón a los lectores de su medio. El resultado es el desprestigio de la profesión y la pérdida galopante de influencia. Tiempo de tinieblas, oficio de perros. Por eso, la guerra abierta entre Iberdrola y ACS a cuenta de los papeles del excomisario que Moncloa.com ha puesto en el mercado, con El Confidencial como altavoz y extraño compañero de viaje (¿gratia et amore?), no hace sino aumentar esa sensación de cáncer terminal que atenaza a la profesión. Con el periodismo como aliado, Villarejo sigue poniendo el ventilador a quien se niega a pasar por caja.