El monumental vapuleo que recibió Miguel Ángel Revilla en ‘Todo es mentira’ por intentar desmarcarse del cierre del interior de la hostelería durante la Navidad sigue dando que hablar.
Es muy poco habitual que al presidente de Cantabria se le ponga contra las cuerdas, hasta el punto de que el populista cántabro acabó enfrentándose a Risto Mejide y a Antonio Naranjo.
“Hay que decir una cosa, el tema de abrir y cerrar no es una cuestión política, es una cuestión sanitaria”, comenzaba diciendo el presidente de Cantabria.
“Es un error, yo no cierro nada, no tengo esa competencia. Yo no puedo cerrar nada, no está mi firma en ningún cierre. El cierre de los establecimientos lo hace Sanidad”.
«La única competencia que tengo es la de cerrar perimetralmente la región y prolongar o reducir la hora del toque de queda, que yo he dejado en las 22 h. Luego todo lo demás lo decide Sanidad»
Revilla lo que evitaba era tener que dar la cara el día en que a los hosteleros cántabros se les notificó el cierre de sus locales por 14 días más, lo que hizo saltar todas las alarmas y protestas del sector.
—Que no soy yo, que es Sanidad.
—¿De quién depende Sanidad de Cantabria? —preguntó Mejide.
—De nosotros.
—Es usted quién autoriza que proceda de esa manera.
—Que no, que es Sanidad la que autoriza esos decretos.
Tanto es así que Revilla, acostumbrado a que los periodistas de Madrid le rían las gracias, comenzó a ponerse visiblemente molesto.
«Yo no me puedo cargar una decisión sanitaria porque si lo hago cometo prevaricación. ¿Queda aclarado?»
Al que no le quedó claro es a Antonio Naranjo, que entró en la entrevista con el cuchillo entre los dientes para desmontar las mentiras del popularmente conocido como ‘El Anchoas’.
«Yo siendo periodista no puedo aceptar que este señor (Revilla) diga estas cosas. La resolución salió firmada por usted en el Boletín Oficial de Cantabria. Si usted no estuve de acuerdo con esas disposiciones, ¿en qué acta aparece su disconformidad con esa resolución. Esto es como si George Bush invade Irak y dice que lo hizo por consejo de un militar»
“Esto se acabó”, espetaba Revilla mientras Naranjo le ponía entre la espada y la pared en cuanto a sus responsabilidades sanitarias en Cantabria.