Existe el riesgo que, perplejos ante tanta corrupción, se nos pase por alto que Sánchez y su cuadrilla de maleantes son además unos ineptos. Unos inútiles, unos incompetentes de tomo y lomo.
Porque paralelamente al desfile de los furgones de putas, las comisiones millonarias y el rosario de mangancias, se derrumban los servicios básicos.
La España del marido de Begoña es una pena. Y creo que hoy, cuando empieza la Operación Salida de las vacaciones de verano y acabamos de pasar por el calvario de la Declaración de la Renta, es un buen día para recordarlo.
Siempre ha habido atascos en estas fechas, porque no se pueden ni deben diseñar las carreteras para una jornada específica, pero lo que se van a encontrar los conductores es de aupa y pone en evidencia que el Gobierno Frankenstein no se gasta el dinero de nuestros impuestos en lo que debe.
Los que enfilen la A-6, de soltera Nacional 6 y antes Carretera de La Coruña, mejor que no se hayan hecho implantes en los últimos meses porque van a encontrarse con los dientes o las tetas en la alfombrilla de la cantidad de baches, montículos y grietas que marcan el firme. Hay tramos en que sólo puedes circular por el carril de adelantamiento, si quieres sobrevivir al viaje.
Lo mismo en la A-4, antaño Carretera de Andalucía e imagino que en el resto.
Así que paciencia y pensando en las próximas elecciones, porque se disfruta lo que se vota.
Del Aeropuerto de Barajas no les digo nada, porque se ha convertido en la antesala del infierno y si tienen que hacer alguna gestión oficial, ya pueden encomendarse al Santo Job, porque ni le atenderán, ni le darán hora y le marearán hasta la nausea al teléfono.
Lo que denominan ‘cuarta economía del euro’ y que según Sánchez va como una moto, es un desastre con patas, donde se evapora sin explicación alguna la electricidad en un Gran Apagón y se paran los trenes en mitad de La Mancha, dejando a miles de pasajeros decenas de horas derritiéndose bajo un sol de justicia, sin agua o asistencia.
Detrás de este caos creciente hay una evidente incompetencia y sobre todo, una política nefasta y delictiva, basada en el enchufe, el nepotismo y la sumisión al jefe.
Si colocaron a Koldo como consejero en Renfe y metieron a una ramillete de ‘sobrinas-putas’ a cobrar por la cara en empresas públicas, imaginen a cuantos cuñados, primos, amigos, socios, amantes y allegados no tendrán estos caraduras enchufados en organismos clave de la Administración.
Hay que echarlos y a patadas, antes de que acaben con España y con nosotros.