El Gobierno japonés empieza a estar harto de la Compañía Eléctrica de Tokio (Tepco), propietaria de la central de Fukushima. Ya avisó a sus directivos hace menos de una semana, cuando Tepco anunció por error que la radiactividad en un reactor superaba 10 millones de veces el límite permitido. «No toleraremos que vuelva a pasar algo así», dijo entonces el Gobierno, indignado por el estallido de pánico mundial que había provocado el fallo …
Lea el artículo completo en www.publico.es