Marcel Haenen fue enviado a Barcelona para cubrir los atentados de Cataluña simplemente por dominar el español.
El veterano periodista, que trabaja para el diario holandés NRC, se trasladó el viernes de madrugada a la Ciudad Condal para apoyar al corresponsal de su periódico, Koen Greven, dada la magnitud de lo sucedido.
Tres días después, el pasado 21 de agosto de 2017, Haenen fue noticia al abandonar la rueda de prensa en la que el mayor de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, y los consellers de Interior y Justicia, Joaquim Forn y Carles Mundó, informaban de los últimos avances de la investigación.
Su salida dio lugar a la ya mítica y viral respuesta del jefe de la Policía catalana:
«Bueno, pues molt bé, pues adiós».
«Nadie entendió lo que hice», asegura Haenen, en una conversación con Marta Espartero de El Español:
«[Las autoridades] comenzaron a contar uno por uno la historia en catalán, abrieron el turno de preguntas e invitaron a los periodistas catalanes a preguntar primero. Entonces me levanté, porque era muy fastidioso, y pregunté muy educadamente -o al menos, así lo intenté- si no era más práctico, más conveniente y lógico hacer la rueda de prensa en español para que todo el mundo la entendiera. Estábamos 200 o 300 periodistas de todo el mundo en la sala».