Tienen a los sindicatos UGT y CCOO acongojados.
Y no precisamente porque les monten manifestaciones multitudinarias.
Estos tres amigos de Zaragoza, Pablo, Darío y José Damián, que se hacen llamar ‘Haciendo el gamba‘, aprovechan la más mínima oportunidad para salir a la calle disfrazados del clásico crustáceo que tanto gusta a los correligionarios de Unai Sordo y Pepe Álvarez.
Su movimiento cobró popularidad hace unos días, a primeros de febrero de 2025, cuando decidieron salir a la calle disfrazados de gambas aprovechando una manifestación sindical para protestar contra el Partido Popular.
La afición de estas centrales sindicales por empacharse de estos ‘bichitos’ ha popularizado en España el término «comegambas».
El apodo para referirse a UGT y CCOO se popularizó a raíz de una foto de sindicalistas andaluces disfrutando de un abundante marisco. Sin embargo, cobró verdadera fuerza en 2022, durante la huelga de transportes en España, cuando circuló una viñeta que mostraba a los líderes sindicales Pepe Álvarez y Unai Sordo quejándose de que «no llegaba el marisco» en plena protesta.
El término ha sido ampliamente utilizado por partidos como VOX y su sindicato afín Solidaridad para criticar a los sindicatos mayoritarios. En 2023, llegó a su punto álgido cuando el consejero de Empleo de Castilla y León, Mariano Veganzones, llamó públicamente «comegambas» a UGT y CCOO, lo que desencadenó una querella por parte de estos.
UGT y CCOO han mostrado su profundo malestar ante el uso de este término. Pepe Álvarez, líder de UGT, llegó a responder llamando «putos comemierdas» a quienes utilizan este apodo, evidenciando lo mucho que les afecta esta etiqueta.
A pesar de su histórica influencia, los sindicatos mayoritarios han visto disminuir su base de afiliados en los últimos años. CCOO cuenta con unos 158.331 afiliados en Andalucía a octubre de 2023, mientras que UGT no proporciona cifras exactas pero habla de un aumento del 10% en 2023.
En cuanto a subvenciones, el Gobierno de Sánchez ha incrementado significativamente las ayudas a estos sindicatos. En 2025, se aprobó una subvención récord de 32 millones de euros, cuadruplicando las cifras de gobiernos anteriores.
El panorama para UGT y CCOO se presenta sombrío. La pérdida de afiliados, la creciente desconexión con la clase trabajadora y su excesiva dependencia de las subvenciones gubernamentales ponen en entredicho su futuro como organizaciones representativas. Además, el surgimiento de nuevos sindicatos y la creciente crítica social a su actuación amenazan con reducir aún más su relevancia en el panorama laboral español.