En una conversación con Alfonso Rojo, el senador del Grupo Parlamentario Popular, Fernando Martínez-Maíllo, ha advertido que todavía quedan muchos implicados en la corrupción que salpica al Gobierno, al partido y al círculo íntimo de Pedro Sánchez.
En el programa ‘Tiempo de hablar’ el popular ha señalado que el caso de corrupción socialista conocido como el caso Koldo es muy extenso y que todavía falta mucho por salir.
“Estamos en una fase de instrucción, que Ábalos esté investigado es lógico, que Koldo esté investigado, también pero creo que va a haber más personas. Yo creo que Isabel Pardo de Vera [ex presidenta de Adif] va a acabar yendo al Supremo a explicar porqué mintió cuando aparecen los WhatsApp”.
Estima que la “gran diferencia” con otros casos de corrupción es la influencia de las nuevas tecnologías. “Los WhatsApp, los correos, se conocen”, apunta.
En este sentido, destaca que las comunicaciones entre los involucrados en los chanchullos sentían una sensación de impunidad tan grande que actuaban con un descaro tremendo. “Es lo que más me sorprende”, confiesa el senador.
También ha resaltado la hipocresía del Gobierno de Pedro Sánchez, que llegó al poder con una moción de censura impulsada enarbolando un discurso contra la corrupción para a los pocos meses, hacer negocios indebidos.
“La UCO cifra el primer pago de la trama en agosto de 2018, os quiero recordar a todos que la moción de censura fue en mayo de 2018 y en junio tomó posesión el nuevo presidente de Gobierno, que le encomienda a Ábalos el ministerio, y fue el portavoz de la moción de censura. Es decir, a los dos meses ya se estaban corrompiendo”.
Por último, ha recordado que la corrupción se extiende por diversos gabinetes del Ejecutivo sanchista al abarcar enchufes, licencias de hidrocarburos, rescates de empresas, hasta las comisiones por la adquisición de las mascarillas durante la pandemia, que fue con lo que inició la causa.
“Es una trama que lo tiene todo: rescate de Air Europa, lo del ‘Delcygate’, la contratación de ‘señoritas’ como me reconoció a mí uno, las ‘sobrinas’ del ministro, colocadas en empresas dependientes del ministerio a dedo”.