Claro y directo.
Antonio Caño, desde ‘The Objective‘, le mete una buena sacudida a Pedro Sánchez este 1 de septiembre de 2025 por su actitud ‘relajada’ durante los incendios que asolaron a buena parte de España durante el mes de agosto.
Quien fuera director de ‘El País‘ no se corta un pelo y pone de vuelta y media al presidente del Gobierno de España por sus vacaciones:
Que si sale, que si se esconde, que cuánta gente le protege, que si se digna a abandonar su residencia oficial para atender unos minutos a la gente afectada por la plaga de incendios, que si se corea su nombre entre insultos en la mitad de las fiestas populares del país. Me queda la impresión de que hemos pasado el mes de agosto pendientes de las vacaciones del déspota.
Caño no comprende como todo agosto ha pivotado sobre un político cuyos méritos son más que cuestionables:
Nunca en la democracia española hemos estado tan sometidos a la voluntad de un sólo hombre. Y no porque sus méritos sean muchos, que no lo son. En realidad, España no ha cesado de retroceder desde que gobierna.
El periodista denuncia que Sánchez ha conseguido que sólo él sea el foco de atención y que quien pretenda robarle protagonismo lo acaba pagando caro:
Sólo él merece atención en la política española porque sólo él decide lo que pasa en este país. Pero el personaje tiene la peculiaridad de que no ha acumulado todo ese poder por contrastada valía sino a base de intimidación y prebendas: quienes están con él, ascienden y se enriquecen; quienes le discuten su liderazgo, lo pagan con la marginación. Fuera de eso, no dispone el déspota de capacidades particulares que justifiquen su jactancioso proceder.
Eso sí, cuando en España hay problemas, el inquilino de La Moncloa desaparece:
Por eso, en cuanto el país tiene un problema de verdad, se esconde y echa la culpa a los demás. Hay déspotas que se crecen en las crisis. Hasta las crean a veces para demostrarse imprescindibles. El nuestro no. El nuestro es de los que meten la cabeza bajo tierra y confían en que su maquinaria de propaganda acabe poniendo las cosas a su favor.
Recuerda que el líder socialista copió con los incendios lo sucedido con la DANA:
Es lo que pasó el pasado otoño con las inundaciones de Valencia y es lo que ha pasado este verano con los incendios repartidos por toda España. El déspota estaba descansando y tardó un siglo en reaccionar. Cuando lo hizo no fue para aportar soluciones, sino para inyectar en la situación la dosis debida de odio y enfrentamiento, su receta más recurrente para el éxito.
Para Caño, el problema es que los españoles están sólo pendientes de lo que suceda en La Moncloa:
A esto ha quedado reducida nuestra democracia, a observar cada día la lucecita de La Moncloa para que nos diga, no cuando va a haber elecciones, que eso empieza a ser lo de menos, sino en qué se va a gastar nuestro dinero, qué país nos va a quedar cuando esto acabe y qué va a ser de nuestras vidas.

