No engaña a nadie.
El numerito de «a ese señor no lo conozco» ya no funciona. El esperpento del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, afirmando que, en lo personal, Ábalos era un «desconocido» es tan infumable que incluso hasta los miembros de la sincronizada no han podido hacer ninguna contorsión para replicar el relato.
Ahora, con Paco Salazar, Ferraz y Moncloa quieren aplicar la misma trola.
La ministra Pilar Alegría, que hace unas semanas comió con él, asegura ahora que sus comportamientos son asquerosos. Sánchez entona eso de que «actuaron con rapidez». Sin embargo, nadie traga semejantes absurdos.
Es tal el nivel de escándalo que la noticia del borrado interno de las denuncias para apagar el incendio saltó en elDiario.es, uno de los pasquines de los socialistas.
Lo de Salazar es otra demostración del nivel de descomposición que Sánchez ha traído al PSOE.
La habilidad para reclutar a personajes clave en su equipo es increíble. Y no nos equivoquemos: ahora harán pasar al salaz Salazar como «un militante más» cuando era uno de los hombres de mayor confianza del marido de Begoña.
Fue una persona clave en la capacidad de formar los gobiernos Frankenstein de Sánchez.
Entre otras cosas, hay que destacar que fue el primer compañero de piso de Santos Cerdán en Madrid. Es tal el nivel de cercanía que han intentado rescatarlo de forma indirecta: a través de su consultora, cuya sede se encuentra a pocos metros de la sede de los socialistas.
A lo del salaz Salazar se suma un nuevo escándalo de presunto acoso sexual en las filas socialistas. El secretario general del PSOE en Torremolinos, Antonio Navarro, habría acosado a una edil con actuaciones similares a las del incondicional de Sánchez.
Claro que Sánchez conocía en lo personal a Ábalos. Por supuesto que tenía noción de los chanchullos de Cerdán; de las movidas de Koldo y hasta de las guarrerías de Salazar. Y lo sabía porque su proyecto autoritario no podría haberlo impulsado con gente medianamente decente y con un mínimo de valores. Sánchez, que vivió de las saunas de su suegro, necesitaba precisamente a ese tipo de gente que pudiera mentir como respirar, pactar con etarras, y destruir España con tal de mantenerse en el poder.
Alfonso Rojo aborda este y otros asuntos de actualidad en el ’24×7′ de este jueves, 4 de diciembre, junto al presidente de Iustitia Europa, Luis María Pardo.